El sonido ensordecedor de las campanas empezaba a escucharse desde donde yo estaba, podía ver como las personas se reunían en la iglesia.
Todos estaban muy emocionados por aquel evento. Incluso ya decían que sería la boda del año, increíble. En un abrir y cerrar de ojos ya todos estaban dentro.
Dejé de ojear por la ventana de la habitación y preferí terminar de arreglarme. Mentiría si dijera que no estoy nervioso, me tiemblan las manos y no puedo evitar moverme de un lado a otro inquieto en la habitación.
Pero ya he practicado esto durante mucho tiempo, incluso frente al espejo... y aun así no puedo obviar el miedo que corre por todo mi cuerpo al pensar lo que vaya a pasar allá o lo que pase después.
Debo calmarme.
Me miro por última vez en el espejo. Mi cabello oscuro como la noche, mis ojos color cobre rojizo y mi "cara de ángel" según mis familiares y amigos. Exceptuando las grandes bolsas debajo de mis ojos, he estado pensando demasiado sobre este asunto.
Debo decir que aunque esté en medio de un ataque de nervios no me veo nada mal.
Exceptuando las grandes bolsas debajo de mis ojos, he estado pensando demasiado este asunto.
Dejo el espejo y fijo mis ojos en la mesa que está a la par, encima está mi teléfono. No espero ni un segundo más. Saco un papelito de mi bolsillo y marco el número escrito en este.
No tardaré más de cinco minutos.
En otra habitación...
- No pensé que vendría tanta gente - Decía mirando a través de la ventana a todos los invitados reunirse en la iglesia.
- ¿Y por qué no?, es mi boda después de todo - Respondió con cierto tono arrogante mientras se miraba por enésima vez en el espejo - Bien, ya que todo está en orden debo irme - A paso lento pero seguro se dirigía hacia la puerta.
- ¿Crees que él es idiota o es muy ingenuo?- Volteó a mirarlo.
- ¿Qué quieres decir con eso? - Se detuvo.
- No me da buena espina - Contestó.
Se hizo presente el silencio, ambos analizando la situación pero ¿qué habría que analizar? Todo ya estaba organizado y asegurado contra cualquier cosa. Unas simples palabras no le harían dudar de lo que vaya a pasar o hacer, ni mucho menos lo pondrían nervioso.
- Ya me he encargado personalmente de todo - Dijo finalmente y abrió la puerta - Aunque tienes razón, él es muy ingenuo pero eso solo lo hace adorable ¿no crees? - Dijo y salió.
- Espero que tengas razón - Murmuró a pesar de que ya nadie estuviera en la habitación. Dirigió de nuevo su vista a la ventana.
Una vez terminada la llamada salí rápidamente de la habitación y vi que apenas estaba empezando la ceremonia. E incluso pude verlo salir de su habitación y entrar a la iglesia.
Esbelto, piel blanquecina, cabello envidiable por las mujeres y unos ojos zafiro que son capaces de hipnotizar a cualquiera. El hombre perfecto para muchas, "sin duda alguna la novia tiene mucha suerte" "que envidia" podía escuchar lo que decían los invitados, en su mayoría mujeres, al verlo pasar caminando hacia al altar.
Y en cuestión de segundos estaba entrando yo con un velo cubriendo mi cara y con un ramo, podía notar que muchas personas se acercaban para poder verme la cara. Lo supuse. Nunca me presentó a ningún familiar suyo y en mi caso, nadie de parte de mi familia había asistido pero no los culpo; se me había olvidado avisarles.
Finalmente llegué al altar. Sentí como si hubiera caminado un kilómetro a paso de tortuga.
Lo miro y me regala una sonrisa.
Puedo sentir que los nervios y el miedo recorren mi cuerpo una vez más pero a estas alturas ya no puedo arrepentirme de nada.
La boda continúa, hasta que llegó el momento más esperado por todos y el que me tenía de los nervios de punta:
-Adrik Nikiforov, ¿aceptas a Yuuri Katsuki como tu esposo, y prometes serle fiel en la prosperidad y en la adversidad, en la salud y en la enfermedad, y así, amarlo y respetarlo todos los días de tu vida?
-Acepto.
Cálmate.
-Yuuri Katsuki, ¿aceptas a Adrik Nikiforov como tu esposo, y prometes serle fiel en la prosperidad y en la adversidad...
Tranquilízate.
... En la salud y en la enfermedad, y así, amarlo y...
Me va a dar algo aquí mismo.
... Respetarlo todos los días de tu vida?
Y el silencio se hizo presente, se puede escuchar el canto de los pájaros recordando que el tiempo no se ha detenido, algo de poca importancia para los demás pero para mí es todo lo contrario.
Intento articular palabra pero nada sale, ¿por qué no puedo decir nada? Quiero hablar pero no puedo... siento un nudo en la garganta, siento las miradas de todos sobre mí, en especial la mirada sorprendida de Adrik. Quiero decir algo pero por alguna razón... tengo miedo pero tampoco puedo dejar esto así.
-¿Yuuri? -Levanto mi cabeza y miro a Adrik - ¿Está todo bien? -Me pregunta, no respondo nada y me regala otra sonrisa.
Pero los murmullos no se hacen esperar, ¿Por qué no dice algo? ¿Un ataque de nervios? ¿Tendrá un amante? ¿Se habrán casado a la fuerza? ¿Se casó por dinero?
¡No y mil veces no! ¡Dejen de pensar eso!
-Yo...- Empecé e inmediatamente los murmullos desaparecieron, todos me miraban- Yo...-
Invisible por el velo pero pude sentir que una lágrima recorría mi mejilla. Respiré hondo.
-No acepto- Dije finalmente. No esperé nada más y salí corriendo de la iglesia tirando el velo en el camino, ahora todos podían ver mi rostro rojo y cubierto de lágrimas.
Podía escuchar a Adrik llamándome pero preferí hacer caso omiso. Solo quiero irme de aquí.
Puedo notar que todas las personas de la calle se me quedaban viendo.
¿Qué me miran? ¡¿Acaso no puede correr alguien con traje blanco mientras llora?!
Mientras intento ignorar las miradas clavadas en mí logro visualizar un carro no muy lejos de donde estoy. El conductor al parecer es de tez morena y...
Ahí estaba mi salvación. Sin dudarlo corro aún más rápido y entro al auto.
Si has llegado hasta aquí espero que te esté gustando mi historia. Recuerda que si es así no dudes en darme una estrellita o dejarme un comentario si tuviera que mejorar algo.
Posiblemente mañana publique el segundo capítulo. Espero que sigan mi pequeña y loca historia.
Nos vemos.
ESTÁS LEYENDO
Kairosclerosis
FanfictionEsta es la historia de Yuuri Katsuki, un joven japonés que lo tenía todo hasta que el destino decide jugar en su contra, no sabe qué pasará de ahora en adelante pero tiene una cosa clara: su vida ya no será la misma. Una boda, un buen amigo, la loc...