-Hola Phichit- Saludé, luego me coloqué el cinturón y el auto arrancó- Gracias, te debo una muy grande.
-¿Por qué no me dijiste que te casabas? ¿Qué acaso ya no te acuerdas de tu increíblemente guapo y muy querido amigo de la infancia?- Me dijo con cierto tono de tristeza pero luego cambió a uno burlesco mientras movía su cabello negro como toda una diva.
-Lo siento, no tengo excusa.
-¿Es cierto que te casabas con Adrik? ¿También era un amigo tuyo no?- Preguntó sin despegar sus ojos del volante- Y si es así ¿por qué no te casaste con él? Apuesto a que harían una linda pareja.
-Sí me iba a casar con él pero...- ¿Debería decirle?- Te cuento después - Siendo sincero ya no quiero hablar más sobre el tema, con solo recordarlo me duele.
-Está bien y por cierto, no pude encontrar otro apartamento así que, como yo sí te quiero y nunca me olvido de ti, te quedarás en el mío y compartiremos la renta ¿sí?
-Me parece bien -Al parecer a Phichit le disgustó mucho el no haberlo invitado.
Cuando llegamos al apartamento lo primero que hice fue tomar una ducha. Nunca había sudado tanto en mi vida, la última vez que sudé así fue cuando hice ejercicio y eso fue hace mucho, mucho tiempo.
Una vez terminé me puse una toalla alrededor de mi cintura y salí de la ducha. Me sentía como nuevo, realmente la ducha fue muy reconfortante para mí.
Claro, hasta que recordé que no tenía ropa que usar.
Rápida y sigilosamente entré al cuarto de Phichit y me aseguré de que él no estuviera ahí. Todo despejado.
Husmeé entre su ropa hasta encontrar unos pants y una camisa más o menos de mi talla y me los puse. Me sentía todo un ladrón aunque no es así, simplemente lo tomaré prestado.
Así como entré salí de su cuarto y me dirigí a la pequeña sala que había en el lugar. Me pareció muy raro no encontrar a Phichit, tal vez fue por comida o a comprar algo... ¿debería hacer algo? Mejor no, iré a dormir hasta que regrese.
Cuando desperté vi que ya había anochecido, intenté buscar mi teléfono en la cama y escuché que algo se había caído.
Lo que sea menos mi teléfono.
¡Acerté! Mi teléfono estaba en el suelo. Con mucha pereza lo levanté y vi la hora ¿¡nueve de la noche!? Había dormido toda la tarde, salí del cuarto y para mi sorpresa no había regresado Phichit. ¿Dónde estará?
¿Y si Adrik se encontró con él? ¿Y si le hizo algo malo?
Esos pensamientos se esfumaron cuando escuché un golpe seco fuera del apartamento. ¿Y si era Adrik?, con mucho miedo caminé hacia la puerta pero enseguida escuché un quejido.
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Kairosclerosis
ФанфикEsta es la historia de Yuuri Katsuki, un joven japonés que lo tenía todo hasta que el destino decide jugar en su contra, no sabe qué pasará de ahora en adelante pero tiene una cosa clara: su vida ya no será la misma. Una boda, un buen amigo, la loc...