En el corto camino que iba desde jardín hasta la sala principal de la mansión, Yuuri no se separó del peliplateado ni un segundo.Mila se divertía de lo más lindo al ver desde unos pasos atrás como a cada pocos intérvalos de tiempo, el pelinegro volteaba disimuladamente hacia donde estaba el sexy extranjero —quien caminaba mientras charlaba con Víctor al otro lado— y lo atravesaba con una mirada mortal, vigilando por el rabillo del ojo que éste no acercara sus manos traviesas hacia lo que era suyo.
Soltó una pequeña carcajada al ver cómo la mano del extraño era golpeado fuertemente por Yuuri en su intento de acariciar una de las nalgas de su amigo, escuchando un "maldito pervertido" mascullado con cierto enfado.
Su risa aumentó de volumen al ver como Víctor volteaba hacia atrás extrañado para ver qué era lo que había causado el ruido, quedándose con la duda puesto a que ya ambos habían retirado rápidamente las manos de su espalda.
—¿De qué te ries? —le preguntó Otabek susurrando sin apartar la vista de los que estaban adelante.
—De la reacción de Yuuri —contestó susurrando de la misma manera—, es demasiado linda. Apuesto a que no tiene ni una idea del porqué está actuando tan a la ofensiva. —El kazajo la miró de reojo antes de devolver la vista al pequeño grupo.
—A mi me preocupa más que esos dos hayan llegado de la nada y hayan preguntado por Víctor, he sido muy cuidadoso a la hora de cubrir nuestros rastros y también me he asegurado de dejar pistas falsas que lo llevan fuera del país. Ellos dos no son normales.
Mila recordó la discusión que había tenido el rubio menor con el prometido de su jefe minutos antes, asi que se lo contó al tercero al mando para preguntar por su opinión. Otabek se mantuvo sin cambio ante lo escuchado, y después de analizarlo por unos segundos, prefirió que ambos esperaran escuchar de lo que esos intrusos querían hablar para ver como proseguir.
Al entrar a la sala, Yuuri señaló unos cojines que varias sirvientas habían predispuesto con anterioridad y los invitó a sentarse mientras él hacía lo mismo en unos de los que estaban al frente, por supuesto, jaló y sentó a Víctor a su lado a pesar de que el peliplateado deseaba sentarse con sus amigos. Su pequeño puchero no pasó desapercibido a ninguno de los presentes.
Mila por su parte, tomó asiento a la derecha de Yuuri como estaba acostumbrada y Otabek lo hizo a la izquierda de Víctor, sin inmutarse de haber sido desplazado de su puesto usual al lado del pelinegro. Varias sirvientas sirvieron té para su amo y sus acompañantes, quienes estaban sumergidos en un silencio sepulcral hasta que se retiraron.
—Bien, ¿Por qué no nos presentamos primero?—dijo la peliroja tratando de aligerar el ambiente— Mi nombre es Mila y soy la mano derecha del lider de shirokiku, él es Otabek, su mano izquierda —dijo refiriéndose al kazajo que los miraba sin mostrar emoción alguna— y nuestro joven amo es Yuuri, el prometido de Víctor. —finalizó señalando al japonés quien no dejaba de observarlos analíticamente.
—Mi nombre es Christopher —Se presentó el extranjero que acosaba sexualmente a Víctor— y soy el mejor amigo de Víctor, aunque mis conocidos me llaman Christ; y el pequeño gato huraño es Yuri, su pupilo.
—¡¿a quién le llamas gato huraño, maldito pervertido?! —Exclamó el mencionado con hostilidad, iniciando una pelea verbal de la que ya el peliplateado estaba acostumbrado, ocasionándole un poco de nostalgia.
—Yuuri y Yuri, es demasiado confuso —razonó Mila— ¿qué tal si de ahora en adelante te llamamos Yurio? Gatito —. La gran sonrisa en sus labios solo denotaba burla, unas cuantas venas en la frente de Yurio resaltaron por la provocación.
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Crisantemo
ФанфикPerseguido por su pasado, Victor busca refugio en un país extranjero. ¿Quién dijo que lo encontraría en un par de orbes color chocolate y con aire inocente? 🚫Advertencia🚫 ✔Mundo alternativo. Mafia japonesa. ✔Posible lenguaje vulgar ✔Lemon Historia...