Donato {Editado}

"Capitulo 12: Su historia".

Mi mamá no quiso saber nada al respecto.

Intenté.

Intenté convencerla de que mi colegio estaba lejos y si nos mudamos más cerca sería mejor.

Pero no.

Respole.

—  Ma, iré a caminar —  Dije mientras me ponía una campera.

Esta salió de la cocina el ceño fruncido.

—  ¿Sola?— Asenti. — Por favor, no tardes Laura—

Rode mis ojos.

—  Dime Rozan, nadie me llama Laura...— Dije cabizbaja. — Estamos comenzando de cero ¿Verdad?—

Soledad, mi mamá, se acercó y me acarició ambos brazos.

— Esta bien pequeña— Me dio un sonoro beso en la frente. — Cuidate—

Le di una sonrisa cálida.

Salí de casa y comenze a caminar, necesitaba despejarme, todo a estado muy loco.

1. Los cambios de humor de Donato. ¡Vamos! El primer dia casi me mata y al otro se comportó como un extraño loco.

2. Extraño a Eddy y a la castaña de Riley. Me duele la situación, me duele que no podamos hablar.

3. Aquella chica rara, que según Devan se llama, "Kiyomi" , ¿Quien es? ¿Y por que me recomendó irme?.

Sacudi mi cabeza de un lado al otro, tratando de asimilar lo que esta pasando en mi vida en estos momentos.

Y sin darme cuenta, perdí la noción del tiempo y ya estaba oscureciendo.

Llegue a un parque que estaba en el centro.

Genial. Camine una maratón.

Me frene de golpe al ver un auto a unas pocas distancia de donde estaba.

Ese auto, ese auto, ese auto lo conozco.

MIERDA.

Retrocedi para atrás, gire sobre mis talones y comenze a caminar en sentido contrario.

Mis pasos eran tan acelerados que en cualquier momento tomaba vuelo.

Hasta que un cerrar de ojos, mis piernas estaban en el aire.

Donato me tenía agarrada de la cintura.

—¡Sueltame! ¡Sueltame!— Chille mientras me movía como un gusano.

— Si vuelves a escapar de esa manera...— Susurro en mi oreja. — Te voy a secuestrar — Dijo, y parecía muy convencido de sus palabras.

Me soltó de su agarre.

—¿¡Estas loco!?— Pregunté alterada.

— ¿Qué mierda haces sola a estas horas? ¿¡Que mierda te pasa!? ¿Sos conciente que te puede pasar algo?— Su tono autoritario me daba miedo. Parecía el.

— Si,soy conciente — Abrí mis ojos. —Como un loco de tatuajes raros me quiere secuestrar— Me encogo de hombros. —A ti no te importa—

Apretó su mandíbula y se podía ver como sus músculos se tensaban.

— Vamos Rozan, ni pienses que te dejaré ir— Estaba por abrir mi boca pero el decidió hablar. —Me vale mierda todas tus escusas, vamos y vamos—

Doble mierda.

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Llegamos a la misma casa que me trajo un día. Me hiso sentar en uno de los enormes sillones que tiene en su livin.