"Capitulo 32 : ¿Quieres casarte conmigo?

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Narra Donato.

Levante una ceja.

— Tu me quieres decir, ¿Qué Rozan me engaña?— 

Mylena se levantó de la mesa en donde estaba apoyada.

— Si Don, yo la vi con un chico bastante guapo, el iba caminado detrás de ella—

Apreté mi mandíbula.

— No me jodas y lárgate —

— Te digo la verdad— Insistió.

— LÁRGATE — Grite.

— ¡ELLA NO TE AMA! — Me miro con asco y se largó del club.

No lo creía, Rozan es lo más hermoso que conocí en mi miserable vida.

Me enamoré tanto de ella, que soy capaz de dejar todo, dejar absolutamente todo y largue con Rozan a dónde sea, lejos de aquí y comenzar de cero.

Volví a darle golpes al saco de box.

— Dono — Hice un gesto ante el apodo que aún no acostumbro. — No quiero arruinar tu humor— La mire con el ceño fruncido. — Aunque siempre estas así... tu hermano volvió a entrar a mi departamento y robó... —

Le di un fuerte golpe al saco.

— ¿¡Cuanto te robó!? Esto es colmo, lo voy a matar a golpes—

  — ¡No digas más eso! — Me miro alarmada.  — No robó dinero  —

— ¿Qué te robó Kiyomi? —

— A mi nada — Tragó duro.  — Robó todo el informe de Ibrahim— Se acercó a mi.  — Es momento que le digas la verdad a Rozan y que pase lo que tenga que pasar — Tomó mi mano.  — Y yo voy a estar siempre para ti, aunque nadie te crea por que confío en vos —

— Si debo contarle la verdad a Rozan, significa que ella me dejará  — Apreté mis puños.  — Y no podré aceptarlo —

— Haz lo que quieras — Giro sobre sus talones.  — Solo deja de lastimar a las pesonas que te quieren —

××××××××××××××××××××××××××××

Estacione el auto en frente de la pocilga en la que vive Aitor.

Baje y me dirigí hasta la puerta, que no hizo falta tocar por que se abrió sola.

Aitor estaba sentado en el piso con la espalda apoyada en la pared.

— ¿Qué te pasa?— Pregunte estando frente a el.

— ¿Que haces aquí?—

— Quiero lo que me robaste—

Este se levantó como si nada, como si yo no estuviera allí. Desapareció de mi vista, y a los segundo me estaba entregando los documentos.

— Fíjate en quien confías hermanito —

— ¿¡De que mierda me estas hablando!?—

Sonrió de manera sinica.

—Que Alem vuelva y te lo contaré —

— No me jodas— Gire sobre mis talones en dirección a la puerta.

— Esta noche are algo que quizás salga mal y pueda que muera en el intento—

— Tu te lo buscate...— Trague duro. — Yo te di todo, pero vos sos un jodido mocoso—

Me dolia el puto corazón. Joder era mi hermano y me dolida todo esto, pero el quiso que las cosas fueran así.

¿Y si Mylena tenía razón? ¿Si Rozan me engaña?.

No, no puedo nisiquiera pensarlo. Ella no es así, yo se que me ama, ella se entregó a mi, yo la hice mía, es mia y de nadie más.

Por eso no podía dejarla escapar, necesitaba que ella estuviera conmigo para toda mi vida.

Subí al auto y conduje hasta su casa.

Le iba a pedir que fuera mi esposa y una vez que le fuera le contare toda la verdad. Lo de Moira y todas las mierdas que jodieron.

Rozan, mi pequeña Rozan.

Al llegar estaciono el auto y bajo, tocó la puerta como un maldito imbécil.

Ella me abre, se la ve cansada y asombrada de verme, lucía muy demacrada.

— ¿Estas bien?— Mi pregunta salió de golpe.

Gilipollas.

Si, sólo que... tengo sueño — Contestó mirando al suelo.

Me aserque a ella y lecante con mi mano su barbilla para que me mirará a la cara.

— ¿Qué te pasa Rozan?— Volví a preguntar. — Tienes que confiar en mi—

La tome de la cintura y le di un beso, beso que no me correspodio y eso me encabrono.

— Donato— Me alejo de ella. — Yo confío en ti, pero tu no confías en mi—

— ¿De que hablas? —

— ¿Qué paso con Ibrahim? ¿Por que no me cuentas?— Sus se aguaron.

Mierda. Ya lo sabe. Piensa que soy un asesino.

No lo mate—

— ¿Y entonces?— Insistió.

Apreté mis puños.

Cerré la puerta y la lleve hasta su habitación, hise que se sentará en la cama.

Esto no sería nada facil, no se ni en por donde empezar.

— Ya a quien te lo habra contado, por eso no te voy a preguntar— Sacudi mi pelo con mi mano. — Moira me metía el cuerno con Ibrahim, la muy zorra pensó que jamás me iba a enterar, pero lo hice, una tarde entre a su habitación, coloque unas pastillas para dormir en un vaso de agua el cual yo mismo vi como se lo tomó ya que yo fui con el plan de "pedir disculpas por mis actitudes"— Hize colmillas a lo último. — Yo creí que lo había matado, que me había pasado, pero no, no lo mate— Mire al suelo. — La autopsia describe la muerte como asfixia—

Ella estaba tratando de entender todo lo que le dije.

— ¿Y por que estas como sospechoso?—

— Fácil Rozan, irrumpi su casa, quedó grabado fui la utima persona que lo vio vivo—

— ¿Tu... tu querías matarlo?—

— Si — Contesté con sinceridad. — Claro que si, pero no los tuve bien puestos, sólo quise asustarlo —

Asintió suavemente.

— ¿Y el rumor del otro colegio? ¿El chico el cual golpiastes? — Rozan se paro de golpe. — Ya dime toda la verdad—

— Te dije que es sólo un puto rumor —

— NO, ME MIENTES— Grito asustada. — ¿QUÉ LE PASO?—

— LO DESFIGURE— Grite. — Lo desfigure Rozan, pero no lo mate, sólo que...— Suspire cansado. — Le pague para que se fuera de aquí, la culpa me mataba en vida —

Estaba jodido. Rozan me jodio, estaba bien, hasta que escuché que una nueva chica llegó a la ciudad, pero jamás creí que iba a ser tan perfecta. Tan hermosa.

Cerré los ojos al sentir sus pequeños y flacos brazos al rededor de mi cintura.

— Perdón mi amor — Me dijo.

La separe de mi y la mire directo a los ojos.

— ¿Por que?—

Estuvo un segundo en silecio, un segundo que parecían horas.

— Por... por desconfiar de vos— Soltó derepente.

Me sorprendí cuando me dio un beso, la amo, la amo y se lo tengo que preguntar, es ahora o nunca.

— ¿Rozan, quieres casarte conmigo?—

Donato {Editado}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora