DE UN DÍA PARA EL OTRO ☆JiKook☆

Día Largo y con Sorpresas

*Jimin*

— ¿Joven Jimin a donde lo llevo? — es la pregunta que me hace Jae en cuanto entra al automóvil, quedando sentado frente al volante, mientras yo estaba tratando de no dormirme, esta semana fue todo un desastre en cuanto a descanso se refiere, estuve cargado de mucho trabajo, reunión tras reunión, inspección del campo de trabajo, revisión de proyectos y si por si no fuera poco con todo eso, tenía pegado encima mío a mi prometida y su familia, apenas una semana de comprometidos y ya me estaba volviendo loco, en que momento mi vida se volvió tan desastrosa?, ya sé, en cuanto JungKook salió de mi vida, el motivo no lo sé de un día para el otro todo cambio, siento que todo se debió a esa noche, fue tan horrible estar conmigo?, acaso fui tan malo?, son tantas las preguntas que quiero hacerle a JungKook pero no he tenido tiempo de hacérselas — Joven Jimin? — cierto me olvide de responderle a Jae.

— Lo siento Jae, estoy muy cansado — hice una pausa para concentrarme, pasando mi mano derecha por el puente de mi naríz — Necesitó descansar, llévame a casa — debía descansar y nada mejor que en mi casa, aunque siempre iba a casa de JungKook para descansar y relajarme junto a el en su cuarto, en el salón de juegos o em la piscina tomando el sol o nadando, lástima que ahora no pueda hacerlo.

— ¿Está usted seguro? — porque preguntaba eso? — La señorita SeulGi fue muy insistente en pedirle que vaya a la reunión de sus amistades — rayos, es que acaso no tiene descanso que se la pasaba viviendo de reunión en reunión, de fiesta en fiesta, ella es digna de ser llamada dama de sociedad, ya me imagino el futuro junto a ella, toda una maldita mentira, llena de superficialidad y vivir de las apariencias.

— Llévame a casa Jae — ya me las arreglaría con ella luego.

— Como usted ordene Joven Park — Jae era siempre tan formal, ya me sentía más viejo que mi padre o mi abuelo, cuando estaba con él.

— Deja la formalidad Jae, ¿porque no te comportas como cuando está con nosotros mi pequeño? — Jae era muy divertido cuando JungKook estaba presente, ellos dos hacían los chistes más divertidos que jamás escuche, una vez mi pequeño y yo fuimos a una fiesta, luego al salir, decidimos irnos caminando ya que no estábamos ebrios, pero en el camino nos encontramos un puesto de comida esas muy comunes en Corea, donde tienen una tienda improvisada con mesas y sillas, todas dentro una carpa en la cual vendían tripas retostadas, brochetas de pescado y también brochetas de cordero las cuales le gustaban a JungKook, no resistimos y entramos en la carpa para comer brochetas acompañadas de soju bebida típica de Corea, después de una hora ya estabamos totalmente ebrios por lo que Jae vino a recogernos, pero no contábamos con que Jae se nos uniría, después de que JungKook le invitara una copa de soju, Jae nos invitó al instante otra botella, ya que así se acostumbraba y así pasamos casi toda la noche tomando, comiendo y contando chistes o anécdotas de nuestras vidas, al marcharnos por la madrugada a mi casa me di cuenta que esa noche fué  memorable, porque esa fué la primera vez que mi pequeño se embriagaba, se veía precioso hasta mareado, tenía las mejillas rojitas y sus labios estaban totalmente besables, por lo que no me resistí al verlo recostado en mi cama y le di un beso, pensé que duraría solo un segundo, pero duro más y me encanto, sentir esos labios suaves como el algodón de azúcar unirse con mis labios no tenia precio, fue la sensación más placentera que jamás sentí en mi vida, JungKook al día siguiente no recordó nada, al menos eso es lo que me dijo cuándo le pregunte si recordaba algo de lo sucedido la noche anterior, pero yo si lo recordaba y siempre estaría ese momento tatuado en mis labios, en mi mente y en mi corazón.

— ¿Joven Jimin ese no es el niño JungKook? — vaya que le gustaba esquivar mis preguntas — Si mas no me equivoco es el — decido mirar, hacia donde me indica Jae y si era mi Kookie el que estaba caminando por la acera del frente — Quiere que me estacione más adelante? — pero que pregunta, claro que sí, quería, así que asiento efusivamente, Jae me hace caso y se estaciona unos metros más delante de donde se encuentra Kook.