DE UN DÍA PARA EL OTRO ☆JiKook☆

Conociendo a Conie ❄😇❄

*JUNGKOOK*

- Está despertando - escucho una voz suave - Ve a llamar al Doctor Kang - poco a poco logro abrir mis ojos, pero las vuelvo a cerrar nuevamente, pues la luz del sol es muy fuerte - Cierra las persianas, al parecer la luz le daña la vista - indica la voz del principio.

- Esta bien - esa voz la reconozco al instante es Jin.

- Así está mejor - da su aprobación - Mi niño ahora puedes abrir los ojos - los abro rápidamente al reconocer la voz.

- ¡¿Nana?! - en cuanto logro distinguirla empiezo a lagrimear, pues la emoción es grande al volverla a ver después de meses e in pensarlo me trato de incorporar para intentar abrazarla, pero noto que tengo cables sobre mí un respirador en mi rostro, en una de mis manos colocado un suero.

- Niño acuéstese, que se puede lastimar - recibo un delicado empujoncito y caigo con suavidad a la cama donde me encuentro recostado - Ya abra tiempo para abrazarnos como cuando era un niño - la miro al rostro y puedo ver su risa llena de cariño a lo cual correspondo.

- JungKook que bueno que despertaste, nos tenías con la pena de que nunca lo hicieras - habla Jin, el cual estaba todo ojeroso y limpiándose las lágrimas, doy un vistazo a la habitación y puedo ver a varios de mis amigos allí.

- Jin, no exageres - le habla Ken, para luego abrazarlo - Que vas a hacer que se deprima por tener a sus amigos preocupados por el - lo regaña - Ya sabes que le gusta ser el que lleva las penas de todos, a veces pienso que en su vida pasada era Juana de Arco - concluye.

- ¿Porque Juana de Arco? - pregunta Jin ganándome a mí, pues yo también quería preguntar.

- Pues porque le gusta hacerse el mártir - esta vez recibe un golpe de parte de mi amigo y todos en la habitación empiezan a reírse, no sé si por el golpe o el chiste.

- Con permiso - entra un Doctor Kang que por su aspecto llego lo más rápido que pudo, si hasta su corbata esta toda hacia atrás sobre su hombro - Lo siento JungKook yo... - empieza a quitarse su bata del hospital pero lo detengo.

- Doctor Kang, no se preocupe ya le perdí el miedo a la bata - todos me mirar como diciendo << ¿Enserio?>> a lo que yo asiento.

- Bueno entonces siendo así - se arregla todo el desbarajuste que tiene sobre el - Disculpa las fachas pero al escuchar que ya despertaste vine lo más rápido posible - se adentra más y empieza a monitorear los aparatos que estas conectados a mí.

- Creo que nosotros debemos salir - habla ahora Ken y le da un empujoncito a Jin, el cual sin rechistar lo obedece, no solo el sino todos los presentes empiezan a salir de a poco, lo que me llama la atención es que JiMin no esté aquí.

- Bien vamos a revisarte - dictamina mi Doctor de cabecera y yo solo asiento - Dale tiempo - sé que se refiere a JiMin pero no sé a qué se refiere con <<Dale tiempo>>

Pasaron como siete días después que desperté, según el Doctor Kang lleve como dos días durmiendo, pues debieron expulsar todo el humo que trague para que ni al bebé ni a mi nos afectara a nuestra salud, en cuanto a la herida, pues no era una herida grave, solo fue un leve rasguño, la sangre que tenía encima no era mía sino la del loco que quería matarnos a ambos, al parecer se la hizo en la pelea que tuvo con JungGi, el cual ahora se encuentra en Europa, junto a su hermano MinGyu, obviamente sus padres no querían que su hijo pasara un par de años en la cárcel por cómplice de un delincuente, el que por cierto, ahora debe estar nuevamente tras las rejas, espero no volver a saber más de él, por el resto de mi vida.

- ¿Listo? - Pregunta mi ahora obstetra y el novio de mi amigo Hoseok, parecen llevarse bien a pesar de ser polos opuestos, en lo personal el me agrada, siento una mano tomando la mía - Vamos a conocer a su pequeño Conie - asiento junto a JiMin, el cual por cierto antes de hacerlo me regala una sonrisa llena de paz que logra reconfortarme, JiMin como yo nos encontramos en la fase de reconciliación, no con nosotros sino con nuestros padres, pues si evidentemente después de todo lo que paso mis padres no pudieron seguir en la ignorancia de mi situación, tuve que decirles todo, en cuanto lo hice espere su respuesta, que por cierto no llegaba, así que lo tome como un rechazo, pero en cuanto estaba dando los últimos pasos de lo que antes fuera mi casa, mi madre me detuvo con un abrazo y mi padre no tardó en llegar junto a nosotros, si allí en medio de la sala de estar nos abrazamos y lloramos los cinco, no me equivoco, no solo éramos tres sino cinco, mi Nana a la cual mi madre la atrajo hacia nosotros al verla que estaba parada frente nuestro observándonos y mi Conie que sé que también lloraba porque según los libros y experiencias de los demás los bebés sienten y hacen todo lo que en mi caso particular su papá hacia y sentía, pues si estaba llorando por la emoción de que mis padres me aceptarán con bebé, Jimin y mis hormonas a flor de piel, desde ese día siento que mi vida es otra, más gente que me ama, en ella, pues obviamente los padres de JiMin se unieron a nuestra familia y si, JiMin también les puso al día de todo lo que sucedió este tiempo en nuestras vidas, JiMin recibió la peor parte, pues al no estar embarazo el, fue quien recibió los golpes y regañaduras de todos los dos lados, según el valió la pena, con tal de que yo no fuera el lastimado - Al parecer es un hermoso niño, lleno de vitalidad, pues me costó bastante enfocar su zona íntima, por los muchos movimientos que hacia - sonreí a pesar de que me cortaran mi relato, pues según cuenta la mama de Jimin él fue igual de rebelde a la hora de revelar su identidad, es más hasta el mes siete todos pensaban que era una niña, pues si, un mes antes se dieron cuenta que era un hermoso y radiante niño - Es como si hubiera querido quedarse en el anonimato hasta el día del parto y darles a si la sorpresa - en eso escuchamos una llamada entrante por lo que Jimin se ganó una mirada asesina del Doctor Min - Señor Park ya le dije cero aparatos como esos en mi consultorio - JiMin me soltó la mano, para salir y contestar su llamada, eso me causa un gran vacío y más al enterarme de quien era la de la llamada.