Amenaza, Venganza y Perdida

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*Señor Park*

— Kang? — es lo primero que digo al verlo entrar a mi oficina — Pasa y siéntate por favor — le señalo el sofá que está a un paso de la puerta, mientras tanto yo me dirijo a ella.

— Mi visita es corta — sentencia antes de tomar asiento — Solo vine a decirte que ya paso una semana y ni tu ni tu hijo le pidieron perdón a mi familia, ni mucho menos a mi hija después del mal rato y la humillación por la que tu hijo le hizo pasar y a nosotros junto con ella — reclama Kang una vez ya frente a mí.

— Lo siento mucho — hago una pequeña reverencia bajo su escrutadora mirada — Pero como te dije ese día, respetare la decisión de mi hijo y lo apoyaré en todo — Kang aprietas sus puños.

— ¿Me estas retando Park? — su voz ahora es más demandante — Créeme no sabes de lo que soy capaz — ¿debería tomarlo como amenaza o advertencia? — Mi hija es lo único que tengo en esta vida y por su honor soy capaz de todo — señala.

— ¿Hasta de casarla con un hombre que no la ama? — me mira fijamente y no me dice nada — Tu más que nadie sabe que cuando uno está casado con alguien que no ama su vida se convierte en todo un infierno — me paro del sofá para dirigirme a mi escritorio — Y ese infierno no solo te devora a ti sino a los que te rodean, quieres eso para tu hija? — lo miro desde mi escritorio, lo veo tragar en seco — Toma ya redacte el documento que termina nuestra sociedad — extiendo la mano con los papeles en la mano, Kang se levanta del sofá y viene caminando hacia mí — No te libraras de mi tan fácilmente Park, pronto te darás cuenta que tenerme de socio será tu mejor decisión y convence a tu hijo de que sino vuelve con mi hija — hace una pausa para quitarme los papeles que tengo en mi mano, en cuanto llega a mi escritorio, ni siquiera lee el contenido, solo se dedica a romperlos en varios pedazos — haré su vida un infierno — tira los papeles en el escritorio — y no conforme con eso haré lo mismo con la vida de sus seres queridos — lleva una de sus manos al nudo de su corbata y se lo acomoda — Park fue un gusto hablar contigo , nos vemos otro día, espero que para ese día todo vuelva a su normalidad — se dirige a la puerta de salida y yo me quedo atónito, por todo lo que Kang me dijo, sé que no estaba bromeando y está hablando más enserio que nunca.






*SeulGi*

— Si, así Jimin ¡ahhh! — Gemía SeulGi bajo el cuerpo sudoroso de su amante — Mas... fuer...te... así — cada segundo que pasaba iba aumentando el clímax en la habitación llena de gemidos y gritos de SeulGi — ¡ahhh! Jimin eres...¡ahhh! — hasta que todo termino de un momento a otro, el amante que tenía sobre ella se incorporó dejándola sin el placentero orgasmo ya inminente — ¿Pero que paso? — preguntaba una SeulGi insatisfecha por el accionar de su compañero de cuarto.

— Y ¿todavía lo preguntas? — Responde furioso el hombre — ¿Crees que es bonito que mientras follas te griten un nombre que no es tuyo? — la respuesta a su pregunta no es una excusa, ni mucho menos una disculpa, mas al contrario es un ataque de risa de parte de la mujer tendida en la cama.

— No me vengas con ese cuanto a estas alturas — hablaba SeulGi entre risas — Sabes muy bien que tú y yo solo follamos y no tenemos ninguna relación ni compromiso, así que no me vengas con reclamos de viejas celosas e inseguras — se sienta sobre la cama y se arregla el cabello mientras aún sigue sonriendo.

— Eso lo tengo bien claro SeulGi, tu y yo solo somos amigos con derechos, pero eso no quiere decir que mientras tenemos sexo voy a soportar que me llames como mi maldito enemigo!! — al fin término estallando en un grito — No te des de única e importante que si es mi enemigo no es por culpa tuya sino.....— termina siendo interrumpido.

DE UN DÍA PARA EL OTRO ☆JiKook☆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora