MARATON 2/5 Capítulo 8 parte 1: Cody McGraw

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Puedo asegurar que no era nada agradable estar en Kent College, me sentía humillada y maltratada, todas esas chicas hablaban mal de mí y me miraban mal, estar obligada a estar en un lugar en el que sabes no te quieren es realmente desagradable, es por eso nunca acepté vivir con mis tíos en Australia. Lo que restaba de la mañana estuve lidiando con todos esos molestos chicos pero a la hora del almuerzo Niall fue a buscarme, el único chico al que parecía agradarle.

–Hola, _______ –me saludó sonriendo.

–Hola, Niall.

–_______, quiero mostrarte algo. Ven conmigo –dijo él.

–¿Qué cosa? –pregunté.

–Sígueme.

Tomó mi mano y me llevó con él hasta el gran jardín, el mismo jardín que había visto en mis sueños, con flores y arboles bien cuidados, de las hojas y de los pétalos de las flores caía el agua de la lluvia que aún quedaba debido que toda la mañana había caído agua a cantaros.

–¿Qué hacemos acá? –pregunté y vi además ese par de puertas pequeñas en el suelo algo escondidas entre las hojas. ¿Cómo era posible que haya visto en mis sueños algo que nunca había visto antes pero que si existía? Me preguntaba yo, es decir, yo había soñado con ese jardín y esas puertas que daban hacia un sótano sin haberlos visto nunca antes para luego enterarme de que eso era real, sí existía un jardín como ese y la misma entrada escondida entre la penumbra y entre las hojas caídas y enredaderas de ramas del suelo. 

–Quiero que veas algo –respondió Niall mientras apartaba con sus pies aquellas plantas que ocultaban ambas puertas de madera podrida por efecto de la humedad. Cuando la entrada al que yo creía que era un sótano estuvo descubierta Niall se inclinó hacia el suelo para halar las puertitas hacia él hasta que se abrieron. Miré hacia abajo hasta aquel hoyo en el suelo, solo vi oscuridad absoluta, el color negro era lo que abundaba dentro de ese lugar y apenas se distinguían los peldaños de una escalera que bajaba. Igual a mi sueño. –Las damas primero -–escuché decir a Niall que seguía a mi lado–. Entra por favor.

Niall parecía un chico cortés a simple vista, al menos era el único que no me había tratado de indigente, loca, ex-presidiaria, o chica barata, aunque acababa de conocerlo pero tampoco podía decir que era todo un amor, solo tenía pinta de un buen chico. Yo me preguntaba qué rayos estaba planeando ese chico, igual sentía cierta desconfianza hacia su persona, no me parecía racional que un chico de esa academia socializara de buena forma conmigo.

–¿Qué hay allí dentro? –pregunté a Niall-. Está muy oscuro.

–¡Vamos! Quiero que veas algo.

–¿Estás seguro de que no es peligroso?

–Segurísimo –dijo Niall sonriendo–. Anda, tengo una sorpresa para ti.-Dude un poco al entrar a ese sótano pues la pesadilla que había tenido aún seguía atormentándome. Noté en mi cara esa expresión discrepante de desaprobación, yo no quería seguir hasta allá abajo pero aun así comencé a bajar los escalones resquebrajados e inseguros mientras me adentraba hacia el absoluto negro profundo de la oscuridad del lugar, mientras bajaba las escaleras lancé una mirada hacia arriba para luego percatarme de que Niall no me seguía, él estaba de pie en la superficie exterior y me observaba desde arriba con una maliciosa sonrisa, seguidamente lo miré entre parpadeos de disgusto y lo vi cerrar las puertas de la entradita conmigo dentro y él afuera. "Lo sabía" pensé. Había sido un trampa, me había encerrado para asustarme. La oscuridad ahora si era absoluta. Maldije a Niall y emprendí escaleras arriba para golpear las puertecitas de madera de la entrada.

–¡Hey! Sácame de aquí –grité desde allá abajo y golpeé con fuerza las tablas.

–¡Lo siento, ______, eres muy bonita pero debíamos darte la bienvenida! –gritó el imbécil de Niall desde otro lado. Sonaron un par de carcajadas desde afuera.

Mas allá que una atracciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora