MARATON 3/5 Capitulo 9 Parte 1: El nuevo jardinero

226 5 0
                                    

Aquella noche después de tediosas clases los estudiantes se dedicaron a divertirse, cenaron juntos, se reunieron y asistieron a un partido de football americano contra otra academia de niños ricos que se daba en el campo del instituto, las chicas estaban vestidas de porristas apoyando al equipo y un gentío sobre las gradas gritaba para dar apoyo a Kent College. Reflectores enormes iluminaban el campo y los jugadores y yo con timidez estaba escondida en el dormitorio y miraba el juego desde la ventana. Un rato más tarde Kent College obtuvo la victoria en el football, todos celebraban en el vestíbulo y saltaban de alegría. Bajé a tomar mi cena y escuché que todos hablaban sobre el reciente juego de football y además de eso mencionaban, el baile de sociedad. “¿Qué te vas a poner?", "Mi madre me compró un vestido." "¿Ya tienes pareja?" "Mañana estaré hermosa" "Será una noche perfecta," escuchaba yo al resto de las estudiantes hablar. "Mi madre me compró un vestido", repetí las palabras en mi mente con nostalgia, hubiera dado muchas cosas por estar con mi madre en ese momento, y casi me echo a llorar cuando la recordé toda su belleza y cuidándome cuando yo era una niña y mi corazón se sintió dolido, pero yo debía ser fuerte y debía hacerme la dura para que ninguno de aquellos chicos vieran lo vulnerable que yo era y luego me hicieran daño igual que Robert lo hizo.

Algunas veces me detenía a pensar porque yo no tenía a nadie en la vida, pero sin llorar acepté que yo debía lidiar con todo yo sola. Y entonces pensaba en por qué me había sucedido todo eso a mí. Un desgraciado mató a mis padres, me hizo sufrir maltratos y luego también se fue él, me quedé sola y enamorada de un demonio, sonaba tan imposible, pero justamente me tuve que enamorar de un demonio que me había condenado a una maldición, pero que me importaba morir amándolo si de todas formas nadie me ataba al mundo, si Harry se llevara mi vida yo moriría satisfecha con el solo hecho de saber que él me amó, que alguien sí me quiso. Y luego está todo esto del Salvador y de que yo venía al mundo a matar demonios –imposible –pensé–. Yo jamás sería lo suficiente fuerte y valiente para salvar a nadie y además a todo esto se le agregaba que esos espíritus me querían hacer más miserable y Harry se enojaba conmigo por besar a su gemelo, su guapo gemelo. Hubiese sido más fácil querer al angelito de Hashton que era exactamente igual a Harry pero yo prefería jugar con fuego, Harry podía hacer conmigo cualquier cosa, ese hermoso "demonio" era mi camino al sufrimiento placentero. La siguiente mañana todas las chicas parecían enloquecidas, no solo porque era el día del baile, por una extraña razón el día anterior se veían más preocupadas por el tal "baile de sociedad" que ahora que estábamos a solo horas del famoso baile. Las actividades escolares estaban suspendidas por las preparaciones del baile pero todas las chicas desde las jóvenes hasta las más grandecitas hablaban sobre un muchacho. "El nuevo Jardinero" las escuché describirlo como increíblemente sexy.

–¿De qué hablan? –pregunté a una de las estiradas que estaba en el dormitorio conversando con las demás chicas. Ella me miró con desprecio antes de contestar.

–¿Acaso no lo has visto? –me dijo la chica súper sorprendida–. El jardinero nuevo que contrataron está súper guapo, más que eso esta divino, para comérselo, es todo un tipazo sexy. Rubie era la única chica que parecía más bien anonadada con el tema de este tipo.

No le di importancia a sus tontas conversaciones sobre jardineros sexys ni mucho menos. Minutos más tarde el mensajero llamó a la puerta de nuestro dormitorio y Rubie fue a abrirla.

–Esto es para la señorita kardashian –dijo el chico huesudo de aspecto pequeño y dándole a Rubie un gancho del que colgaba un hermoso vestido, unas sandalias de tacón bastante altas y una cajita adornada.

–¿Para la vagabunda? –dijo Rubie y su boca se abrió de par en par por la sorpresa–. Digo, ¿para la nueva? El joven mensajero asintió con la cabeza.

–No puedo creerlo –dijo una de las chicas llamada Margaret mientras todas veían el vestido espectacular de corte fantástico, con aquellas prendas y zapatos magníficos, todas abrían sus bocas de par en par ante aquello y la mirada envidiosa de Rubie parecía arder. Ella lanzó el vestido sobre mi cama. Ni siquiera yo podía creer que aquello había sido enviado para mí. No pude dejar de preguntarme quien había enviado todo eso.

Mas allá que una atracciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora