Pasé mi mano por el lado izquierdo de la cama, sin encontrar nada, más que dicho lado vacío. Me acerqué a mi armario, cubierta por las sabanas perla de mi habitación y busqué ropa íntima. Me puse nuevamente unas bragas con un brasier de juego.
La camiseta de Harry estaba en el suelo, la recogí y me la coloqué rápidamente, para después poder disfrutar de su esencia.
Salgo de mi habitación, y lo primero que veo es la imagen de Harry, apoyado contra la enorme ventana-pared que tiene una vista sorprendente hacia las principales calles de Nueva York, con un teléfono en su oreja.
Me acercó lentamente a él, y cuando estoy lo suficientemente cerca, paso mis manos por su cintura. Él automáticamente las recoge, y me sostiene fuertemente hacia él.
—Sí, sí, esto está bien. —Dice al teléfono. —De acuerdo te llamo más tarde.
Cuelga el teléfono y lo deja a un lado, da media vuelta, quedando cara a cara conmigo. Ambos sonreímos al mismo tiempo, mientras él pasa sus brazos por mi cintura y acercándome mucho más a él.
—Buenos días. —susurro en su oído.
—Considerando todo lo que paso ayer, sí, son muy buenos días. —responde.
— ¿Con quién hablabas?—pregunto curiosa.
—Con los de Washington, sobre la beca. —Dice y rápidamente cambia de tema. — ¿Tienes planes para hoy?
Revisó en mi cabeza si tengo algo que hacer. Pero no encuentro nada. Había presentado todos los trabajos en los que me había atrasado y estaba totalmente libre hasta el próximo mes.
—No, ¿Por qué? ¿Tenías pensado algo?—pregunto.
—Algo así. Necesito ir al departamento por ropa.
—Thom dijo que te habías ido de su lugar, ¿Dónde te estas quedando?
—En nuestro departamento—responde.
—Oh—es lo único que logra salir de mis labios.
—Voy a ir a darme una ducha y recoger ropa, paso por ti en dos horas, ¿está bien?
Asiento con la cabeza, y recuesto mi cabeza en su pecho.
No quería dejarlo ir.
—No es como si no fuera a volver, bubbles. Voy apresurarme todo lo que pueda. Ponte algo cómodo. —dice y atrapa mis labios en un beso.
Muerde suavemente mi labio inferior antes de apartarse de mí, y un gemido se escapa de mis labios. No quiero que se vaya. Harry se ríe, y deposita un último beso en mi frente.
—Te amo, nos vemos en un rato, bubbles. No me extrañes demasiado. Y…creo que necesito esto. —dice señalando su camiseta.
— ¿No puedes irte solo con tu chaqueta encima? No me quiero despegar de ella—digo haciendo puchero con mis labios.
Harry asiente con la cabeza y me da otro beso, pero esta vez en la mejilla y salé del departamento. Ha pasado solo un minuto, y ya quiero que regrese conmigo.
{…}
En todo el tiempo que Harry estuvo fuera, me dio tiempo de darme una ducha larga y relajante. Me puse unos simples pantalones jeans, con un polo sin mangas blanco y con estampado encima. No hacía mucho frio afuera, casi podría apostar que saldría el sol hoy.
El resto de tiempo me la pase imaginando lugares a donde iríamos hoy. Y siendo Harry, me podía imaginar cualquier lugar.
El timbre sonó y fui corriendo a contestar, abro la puerta esperando ver a Harry.