Me había mantenido alejado del departamento de Thom, razón por la que ahora pasábamos más tiempo en el mío. Había pasado solo un par de veces en su departamento, y las veces que había estado allí no lo habían visto. Thom no era fan de Harry, y solo lo ignoraba cada vez que lo veía. Carisa me decía que los veía pocas veces llegar a dormir.
— ¿Qué rima con naranja?—preguntó mientras miraba el techo de la sala del departamento de Thom.
—Las canciones no tienen que rimar específicamente, y es la millonésima vez que te digo que nada rima con naranja.
—“Si fuera una naranja, me gustaría vivir en una…granja” ¿No que nada rimaba con naranja, genio?
— ¿Vas a ir a la fiesta de Derek hoy?—pregunta, mientras deja el cuaderno gastado, donde escribe siempre sus canciones, a un lado.
—No lo sé aun. Pero tú deberías ir, podrías encontrar ahí al amor de tu vida. —lo molesté.
—Si…esto…no va a pasar.
Thom solo se había enamorado una voz en su vida. Y la vez que había pasado, le rompieron el corazón. La chica por la cual vivía, sentía algo por él, pero en ese entonces, la madre de Thom no tenía nada de dinero. Con las justas comían todos los días. Y en la escuela, la chica se avergonzaba de él, sin que él supiera nada. Un día cuando fue a buscarla a casa de una sus amigas, ella estaba burlándose de él. De su feo pelo, su horrible ropa barata, y lo pobre que era su familia.
Thom no volvió a enamorarse, y Carisa pensaba que después de eso fue cuando se encerró en el mundo de la música. Prefería estar ahí a que lo vuelvan a lastimar.
La puerta del departamento se abrió, un sonriente Harry entró con la chica, la cual no sabía su nombre aun, entraron. La chica le dio un beso a Harry en la comisura de los labios, y se fue hacia la ex habitación de Thom. Porque ahora él dormía en un colchón en el suelo.
Harry se acercó a donde estábamos, se sentó en el sofá cerca de nosotros y se quedó mirándonos como si se tratase de un experimento.
— ¿Se te perdió algo?—le preguntó Thom, ya cansado de él.
—A mí no.
Me guiñó un ojo, antes de levantarse del sofá y seguir a la chica a la habitación donde se estaban quedando por el momento. El timbre del departamento sonó, me levanté del suelo y corrí hacia él.
Abrí la puerta, y fue lo último que hice, porque me empujaron hacia atrás estrellándome con el estante que estaba cerca a la entrada. ¿Qué demonios?
—Te hemos extrañado tanto—dijo Jake en mi oído, estrechándome más a él.
—Te hemos extrañado tanto, ____________, no tienes idea. Queríamos darte tu espacio, pero estamos cansados de esto. —me dijo Jack.
— ¿Debería llamar a la policía?—pregunta Thom, levantándose del suelo y cerrando la puerta del departamento.
Varias lágrimas comenzaron a caer por mis mejillas. No podía creer que estaban aquí. Era algo surreal para mí. Mis gemelos…estaban aquí.
—No—respondí. —Está bien.
Los gemelos me liberaron de sus brazos, pero aun así permanecieron lo suficientemente cerca.
—Chicos, les quiero presentar a Thom. Thom, ellos son mis gemelos. Jack y Jake.