Capítulo 19

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Vega

—¿A quién narices se le ha ocurrido la maldita idea del lago? —pregunto furiosa saliendo del agua, mojada de la cabeza a los pies y sin ninguna caja.

—Pues... A ti, Vega —me responde Uxía riéndose, extendiéndome una mano para ayudarme a ponerme en pie.

—¿Y por qué me habéis hecho caso?

—Bueno, parecía una idea razonable.

—Pues ya os digo que ahí abajo no había nada más que hierbajos y peces —repito escurriéndome el pelo para quitarme el agua.

—Entonces, si la pista no se refería al lago, ¿a qué se refería? —pregunta Minerva.

—Tal vez sea la piscina —propone Belinda—, si lo pensáis bien, la pista decía "el mar que la rodea" refiriéndose a algo que tenga agua y rodeé la villa, y, teniendo en cuenta que el lago está fuera de la villa, lo único que podría ser es la piscina, supongo.

—¿Y no podías haberlo dicho antes? —gruño, salpicandole con agua de mi camiseta.

La camiseta de Eric.

Bel se encoge de hombros y me replica:

—No es mi culpa que hayas perdido a piedra papel o tijera.

Ante aquel comentario, hago un gesto con mis manos fingiendo estrangularla dolorosamente.

—Te odio, ¿lo sabías? —le digo pasando a su lado y sacudiendo mi pelo para volverla a mojar.

Ella se cubre con las manos y me sigue junto a las demás hacia la mansión de nuevo, en dirección a las tres piscinas, y esta vez no pienso ser yo quien se vuelva a mojar para nada.

Eric

—¡¿Cómo se te ocurre, Dani?! —le grita Quina a nuestro amigo, que tiene la cara roja.

—¿Cómo iba a saber yo que esa era la sauna de chicas? —se defiende él, frotándose el brazo dolorido por el golpe que Quina le ha dado hace unos momentos.

—¡Había un cartel que lo decía claramente! Además, te dije que me encargaba yo.

—Es que estabas tardando demasiado.

—Chicos —les interrumpe Boris— peleando no vamos a encontrar la siguiente pista.

—Y si no estaba en esa sauna y tampoco en la de chicos, ¿Dónde está? —pregunta mi amigo, que se ha puesto a mi lado para protegerse de Quina.

—Tal vez no hayamos pensado en algo —dice Izan, desdoblando el papel que ahora tiene él—. Pues claro —se detiene y se da un golpe en la frente con una mano— solo hemos tenido en cuenta lo del calor, pero la segunda parte, donde dice "apenas caben dos", la hemos olvidado por completo. En estas saunas al menos caben más de dos personas.

—¿Entonces...? —comienza a preguntar Tasha.

—Entonces, tenemos que buscar en un sitio parecido a una sauna, pero más pequeño.

—¿Cómo por ejemplo... Una sauna privada? —propone Astrid.

—¿Aquí hay de eso? —pregunta Dani sorprendido.

—Pues claro —se cruza de brazos la chica—, en una villa así, cómo no iba a haber saunas privadas. Ahora solo tenemos que averiguar en cuál está la pista.

Genial. Espero no encontrar a ninguna chica dentro, porque no quiero llevarme un golpe como el que se ha llevado mi amigo.

Las chicas se enfadan por todo.

Fingiendo ser la novia del Playboy (Trilogía Playboy #1)©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora