Capítulo 6

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Vega

Tras el castigo, donde lo único que hicimos fue ver una aburrida película en blanco y negro proporcionada por nuestra simpatiquísima profesora de historia, Eric y los chicos me llevaron a casa. Es viernes y no tengo ningún plan. Lo primero que pensé al llegar a casa fue en escribir a Eric, pero luego caí en que tal vez él sí que lo tendría. Al fin y al cabo, es el "playboy" del instituto.

—¿Estás ocupada?

Me incorporo en la cama, donde al parecer he estado tumbada toda la tarde perdiendo el tiempo con el móvil, para ver a Chris apoyado en el marco de la puerta de mi habitación.

—Mucho, la verdad, si no veo cien vídeos al día colapso —bromeo, mostrándole el teléfono con la aplicación en la que estaba metida.

Eso hace que mi hermano sonría un poco, porque está claro que lo necesita a juzgar por la cara de preocupación que tiene.

—¿Ocurre algo? —pregunto, incorporándome del todo y dejando el móvil a un lado.

—Mamá y papá han llamado...

—¿Hoy van a venir a cenar? — pregunto esperanzada— hace días que no les veo.

—No... es solo que necesitan que vaya ayudarles a la tienda, es viernes y ya sabes que los fines de semana es cuando más encargos tienen, así que te vas a quedar sola un rato, ¿de acuerdo?

Sola.

No me he quedado sola en casa desde aquella vez que me dió un ataque de ansiedad por el mismo tema de siempre: mi futuro, aunque, por supuesto, esto mis padres no lo saben porque, como siempre, estaban en la tienda; y Chris y yo decidimos no contárselo para no darles más cosas por las que preocuparse. En el fondo sé que, si trabajan tanto, no es porque no quieran estar con sus hijos, sino porque en casa no llegamos a fin de mes con el sueldo que proporciona una tienda de alimentación. Por eso Chris se buscó un trabajo en una estación de gasolina para ayudar con los gastos, y siento que yo debería hacer lo mismo, aunque tanto él como mis padres me dicen que me centre en los estudios y nada más. Pero, ¿Qué pasa con mi hermano? Él está en la universidad, y sin embargo mantiene un trabajo a tiempo parcial al mismo tiempo; aunque claro, él es el mayor, al menos esa es la excusa que ponen mis padres.

Pero a mí no me vale, aunque aún no sé muy bien cómo puedo ayudar, además está también el hecho de que debo pagar esos 100$ para el viaje del fin de semana que viene a la casa del lago... Ya se lo he contado a Chris, aunque no le he mencionado lo del dinero, y se ha alegrado mucho por mí; me ha dicho que hacía tiempo que no salía con mis amigos. En realidad, hace tiempo que no salgo, y punto. Desde el ataque de ansiedad, para ser más exactos.

Y también hacía mucho tiempo que no me quedaba sola en casa.

Hasta ahora.

—Está bien, no pasa nada —digo sin más, volviendo a tumbarme.

—¿Estás segura?

Yo asiento, intentando aparentar que no me importa en absoluto quedarme sola. Que no me da miedo.

—Vale, pero si necesitas algo, lo que sea, llámame enseguida, ¿de acuerdo?

—Vale.

Sin decir nada más, Chris desaparece por las escaleras, y, tiempo después, escucho la puerta principal abrirse y después de cerrarse.

Y estoy sola. Completamente sola.

¿Qué debería hacer? Tal vez llamar a Maica, ella siempre me entretiene cuando me aburro o, simplemente, cuando necesito entretenerme para no pensar en otras cosas, como ahora. Así pues, salgo de la aplicación en la que estaba viendo vídeos y le hago una videollamada a mi amiga pelirroja.

Fingiendo ser la novia del Playboy (Trilogía Playboy #1)©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora