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Por fin, la larga espera había terminado. Era el día de la primera clase de costura. Mi sonrisa era inmensa.

Estuve comportándome bastante bien, y, aun así, mi papá seguía algo cortante y distante. Todavía no sabía que él había sido echado de su trabajo, por lo que creí que sólo estaba muy ocupado o enojado conmigo todavía.

Aunque, ciertamente, estaba muy ocupado, pero llevando gente de aquí para allá por una cantidad no muy alta de dinero que, por suerte, nos daba nuestro alimento y pagaba las deudas.

Volviendo a la clase de costura; mi mamá me llevó hasta el nuevo centro comercial que había abierto hace unos meses —al que fui con Dayana y los demás chicos—, y uno de los locales era una tienda de artículos de costura, pero detrás estaba una sala que servía para dar cursos.

Había unas seis mesas, y en cada una estaban dos personas. El curso era sólo para chicas de 12 a 18 años.

Me ubicaron en la hilera del medio junto a una chica que parecía de mi edad. Tenía el cabello negro y la piel pálida. Usaba lentes, y detrás de estos, tenía unos ojos verdes. Lucía bastante tímida, y no pude evitar pensar en mí el primer día de clases en la escuela, y cada día después hasta que Ally entró en mi vida.

—Hola —dijo sonriendo. No me di cuenta de que me le quedé mirando y, tal vez, hasta le incomodé.

—Hola —le respondí algo avergonzada—, soy Ally.

—Mucho gusto, soy Loren —extendió su mano para que la tomara, cosa que hice.

La instructora entró y se presentó. Era Ema, la amiga de mi mamá. Comenzó diciendo las reglas del curso, qué cosas tomar y qué cosas no, cómo comportarse y demás. Luego de la presentación nos empezó a explicar lo básico de la costura.

Llegó la hora en la que terminaba la primera clase, así que a las más pequeñas nos tocaba esperar a nuestros padres, quienes terminamos siendo Loren, una chica menor que nosotras y yo.

—Me gusta tocar el violín, pero tomo este curso como pasatiempo —respondió cuando le preguntaba sobre sus hobbies. Nos comenzamos a llevar bien bastante rápido.

—A mí me llamaba la atención desde hace tiempo, así que puede que después de este haga otros —dije para seguir la conversación.

Loren era muy agradable y, a pesar de que ese día no me pasó por la cabeza la idea, sería quien se volvería mi primera mejor amiga poco tiempo después.

Ahora me ArrepientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora