Capítulo 28

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Su cuerpo se sentía cálido, estar bajo esas sábanas y abrazado por el cuerpo ajeno hacía a Caín sentirse protegido por primera vez en mucho tiempo, casi recordaba a su padre y cómo lo acunaba todas aquellas noches a pesar de que siempre le decía que era una desgracia. Despertó y se sintió instantáneamente​ mal, extrañaba a su padre, se preguntaba si él estaría decepcionado al saber todo lo que había hecho cuando se enteró de la verdad. El cuerpo de ese alfa desconocido lo reconfortaba de manera extraña, era como estar en el hogar: cálido y acogedor. Solo alcanzó a abrazar el brazo que lo rodeaba, no recordaba mucho después de que el celo había cesado, solo recordaba una pequeña conversación con ese alfa rubio y luego que se habían echado a los besos nuevamente. Se sonrojó cuando imágenes vinieron a su mente, creyó que jamás podría llegar a sentirse tan bien como ese alfa lo hizo sentir.

Seguramente su querido hermano no tenía el talento de Han.

Sintió que el sonrojo llegó a sus orejas cuando recordó cómo se había enterado del nombre del alfa.

—De-demonios... eso se siente —un jadeo se escapó de sus labios, sus manos fueron a presionar su vientre, un lugar que se sentía cálido y lleno, apretándolo y saboreando la deliciosa masculinidad de ese hombre dentro suyo. Gimió cuando sintió anchas manos tomándolo de la cintura y levantándolo, quedando Caín encorvado sobre sí mismo mientras tenía a ese alfa entre las piernas—. Eso es ¡mm! ¡Eso es genial... Eehh... —levantó la mirada hacia el alfa y observó aquellas definidas facciones, se sintió avergonzado al descubrir su cuerpo desnudo y marcado con muchos besos, los labios de ese desconocido se encontraban rojos de tantos besos que había dado—. Emm... ¿cuál es tu nombre? —preguntó algo incómodo, una sonrisa se instaló en los labios del alfa y se agachó para besar aquellos pequeños y tiernos labios rosas.

—Soy Han, puedes gritar mi nombre todo lo que quieras —susurró sobre su boca y una seductora sonrisa derritió hasta lo último de cordura que tenía el pelirrojo. Y, de un momento para otro, ya empezaba a gemir con pasión el nuevo nombre mientras que se sujetaba del cuerpo ajeno que lo embestía.

El sonrojo se apoderó de su rostro, definitivamente Caín había disfrutado de la habilidad del alfa en la cama, se notaba que era un hombre experimentado. Bueno, el omega tampoco diría algo en contra de ello, él también había tenido aventuras incluso antes de conocer a Enos. Jamás sintió la necesidad de buscar un alfa para algo serio, quizás por ello no le había interesado formar familia e incluso no le molestaba haber terminado en la cama de su hermano, mientras que Enos le ofrezca la comida, el techo y el dinero que él desee, estaba seguro de que se mantendría en aquel lugar.

Se levantó de las sábanas sintiendo un intenso dolor en los muslos. Frunció el ceño a la nada y luego giró a ver al alfa, era fornido, se notaba que le gustaba cuidar su cuerpo y eso solo hizo que el pelirrojo se muerda el labio inferior. Un alfa muy bien dotado y con un cuerpo bien trabajado le había dado la follada de su vida y no se arrepentía de ello. Bueno, tampoco descartaba la idea de que quizás le duela todo por culpa de la discusión que tuvieron Enos y Han... discusión que no había terminado muy bien.

Tomó una ducha rápida para eliminar cualquier fluido que se quedara dentro suyo y luego observó nuevamente al alfa durmiendo. Salió de la habitación llevando consigo una caja de pastillas, se preguntaba dónde había ido Enos en ese tiempo que él se encontraba en su habitación... con otro alfa. Esperaba que Enos no se cabree por haberlo dejado de lado prácticamente todo su celo.

Bajó las escaleras con tranquilidad, el omega caminaba como si de su casa se tratase y fue a la cocina, sabía que ese día no llegaba la cocinera y eso le emocionaba. Al entrar se encontró con Jeremy quien al parecer estaba bastante hiperventilado mientras se lavaba el rostro. Claro que no había pasado por alto el aroma de Ivan, pero no diría nada, ese chico ya tenía suficiente, aun así no evitó mirar cómo el agua bajaba por ese delicado cuello y se perdía entre sus prendas, se sorprendió a sí mismo queriendo morder la piel del chico.

Inconsciente [Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora