Capítulo 3

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(Sandra)


Estábamos los tres jugando al futbol en un parque. Kate y yo nos lo estábamos pasando como unas enanas, mientras que Pol no paraba de reírse de nuestras tonterías.

-Gol –grito Pol.

Lo cogí, le hice girar en el aire y le solté.

-La tita Kate es muy mala –dije divertida.

-¡Hey! Que te he escuchado, y no es verdad, lo que pasa es que vosotros tenéis más práctica –dijo fingir enojo.

Nos reímos y seguimos jugando.

-¡Kate! –se escuchó chillar a alguien.

Nos giramos para ver quién era y vimos a Ricardo. Mi corazón se aceleró y me puse nerviosa.

-No le digas nada –susurre antes de que se acercara a Ricardo.

Se fue hacia él, y le saludo, mientras yo seguí jugando con Pol. Así evitaba mirar a Ricardo.

Se había vuelto más guapo, más fuerte, más todo... ¡Sandra! Recuerda lo que hizo, seguro que también es más cabron que antes. Mi conciencia tenía razón, por eso no quería verlo, pero si iba a estar en la boda, mejor haberlo visto antes, y no de sorpresa en la boda.

Vi cómo se acercaban. Y me puse más nerviosa. Kate te mato, ¿En que está pensando?

-Hola –me saludo en cuanto llegaron.

-Hola –dije lo más natural que pude.

-Soy Ricardo –dijo acercándose a darme dos besos, que rechace dando un paso hacia atrás.

-Rich, ya te conoce, es mi prima Sandra –dice Kate como si Ricardo estuviera loco.

-¿Sandra? –dijo mientras me miraba de arriba abajo.

Había cambiado mucho desde la última vez que nos vimos. Él también había cambiado mucho pero aun así lo había reconocido enseguida.

-La misma –digo con humor.

-Que cambiada... -dijo mirándome a los ojos.

-Mama, ¿Quién es? –pregunto Pol, cogiéndose a mi pierna y señalando a Ricardo.

Me puse nerviosa, no le iba a decir mira cariño este es tu padre, no podía, además tampoco quiero que Ricardo sepa que es suyo. Pol es mi hijo y de nadie más.

-Es un... compañero que iba con mama al cole.

-¿Tienes un hijo? –dijo mirando a Pol.

-Sí, ya ves. Las cosas han cambiado mucho.

-Ya veo. Sandra... me gustaría... hablar contigo.

-Claro, dime –dije cogiendo a Pol en brazos.

-A solas.

-No puedo dejar solo a mi hijo.

-Dame, ya me lo llevo yo a tomar un helado –interrumpe Kate, la mate con la mirada, ella me ignoro- Pol ¿Quieres ir con la tita a comprar helado?

-Si –dijo alargando los bracitos, hacia ella.

Lo cogió y se fueron juntos. Yo me quede mirando por donde se habían ido, y pensando en que estaba pensando Kate al dejarme a solas con él.

-¿Él padre? –pregunto Ricardo.

-Cuando me fui encontré a un chico muy dulce y que me ayudó mucho –dije sonriendo mientras recordaba.

No había mentido, no había dicho que ese chico fuera el padre, ni que ese chico, que se llama Patrick por cierto, que conocí está casado y que obviamente no hubo nada más que amistad.

-Tu marido, debe de ser muy bueno.

-No estoy casada –dije mirándole.

-¿Y tu pareja? ¿Dónde está?

-No ha podido venir, tenía trabajo –dije lo primero que se me vino a la cabeza.

Decidí mentir para que dejara de hacer preguntas e indagara en mi vida y en la de Pol.

-¿Y tú? ¿Qué tal? –pregunte.

-Bien, con mis cosas.

-Kate me ha dicho que tienes novia, que la vas a llevar a la boda.

-Bueno...

-No hace falta que te expliques, es normal –dije salvándolo del apuro.

-¿Te vas a volver a mudar aquí? –pregunto... ¿esperanzado? No lo sé pero sonreía.

-No, solo estaré aquí una semana.

-Claro, tu pareja te esperara.

-Eso espero –digo riendo, para fingir mis nervios por mentir.

-Estás muy guapa –me dijo de la nada.

-Emm... esto... gracias –dije totalmente nerviosa.

-Sandra, lo que paso...

-Lo que pasó, pasó. Fuiste un cabron conmigo y espero que por lo menos te divirtieras al reírte de mí.

-Te quería pedir perdón...

-Llegas tarde ¿No crees? –le interrumpí.

-Tampoco me dejaste tiempo para explicártelo.

-Mira solo he aceptado quedarme por Kate y no joderle la boda, así que mantente alejado de mí y no te metas en mis cosas. No existo para ti ¿Vale? –dije antes de ponerme a andar.

-Espera –me dijo cogiéndome del brazo- no puedes pretender que cuando nos veamos nos tratemos como extraños.

-Eso es exactamente lo que quiero –digo soltándome de su agarre.

-Pues yo no quiero.

-Qué pena.

-Sandra, yo quiero llevarnos bien, por lo menos.

-Mira no puedo perdonarte lo que paso, solo quiero pasar mi semana aquí tranquila y no joderle la boda a Kate ¿Vale? –digo yéndome hacia Kate y Pol.

Note como me seguía pero me daba igual. Kate al vernos frunció el ceño.

-¿Pasa algo? –pregunto Kate, cuando llegamos a su lado.

-No, tranquila, todo bien –dije dulcemente- luego te contare.

-Bueno yo mejor me voy –empezó a decir Ricardo.

Le dio dos besos a Kate. Para evitar que se me acercara me agache a limpiarle los morros a Pol.

-Dile adiós –le dije a Pol cogiéndole de la manita y agitándola.

-Adiós –dijo mi hijo sonriendo.

-Adiós, bichito –se despidió Ricardo de Pol.

Lo vimos marcharse hasta su coche e irse.

-Yo prefiero ser un pato, que un bicho –dice de la nada Pol.

Me empiezo a reír, de lo serio que lo había dicho y de la cara de Kate al no entender lo que acaba de decir Pol.

-¿Un pato? –pregunta riendo Kate.

-Sí, mama dice que tienen vacaciones todo el año.

Kate se unió a mí y nos reímos juntas. Luego de acabar el helado, ya era tarde, así que comimos una hamburguesa y lleve a Kate a casa.

Pol se quedó dormido en el coche y lo tuve que llevar en brazos hasta la habitación, cambiarlo y acostarlo.

Yo estuve un rato en el balcón disfrutando de las vistas nocturnas, pensando en lo que había pasado, hasta que me entro el sueño y me uní a mi hijo en la cama para dormir juntos.


Mi secretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora