Y después de este adiós, ¿Qué queda?

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5/11/17

Te veo en cada rostro que me rodea, te escucho en cada voz, quiero abrazarte y retractarme de todo lo dicho, todo lo hecho y todo lo sufrido. Pero de que vale todo este dolor consumidor de mi alma si al final de esta tortuosa semana tal vez ya estés en brazos de otra.

Confieso que no he tenido el valor de encontrarme con mi ya anunciado estado de soledad, me entra pánico en todo el cuerpo, me tiembla el corazón y sus pequeños trozos se evaporan. Lágrimas reprimidas, gritos ahogados y unas terribles ganas de salir corriendo hasta donde mi aliento me lo permita, son el repertorio de mis noches en vela.

Un despertar más donde tengo que con una brutal fuerza unir mi corazón, tomar una de esas clásicas sonrisas y salir al mundo esperando no ser destruida, lo que más me desconcierta es la terrible cobardía que me acorrala teniendo como prisioneros a todos los sentimientos y tristezas que quiero dejar salir de este pecho que a veces preferiría dejara de funcionar.

Una vez más soy una cobarde que se esconde y desmorona detrás de una fachada de valentía y fortaleza. Trato de no pensar en ti, de huir de tus fotos, de tu nombre, y en especial de los recuerdos de nuestros perfectos momentos, pero se me hace imposible no pensar en tus hermosos ojos cafés, tus innumerables lunares y en tú sonrisa.

Y hoy, casi a una semana de nuestro adiós, te veo en brazos de otra persona. Tal vez sea una amiga, algo sin el trasfondo que mi corazón le esta dando, me hierve la sangre, me duele el pecho y se desmorona mi corazón de un plomazo. Esto me quema, me destruye. Soy prisionera de mis inseguridades ¿Por qué? Fácil, es una niña hermosa, de esas que te hacen admitirlo, alguien tan parecido a ti que no te quedara espacio para pensar en alguien más como tal vez a mi lado si lo tendrías que hacer, ver tu rostro tan cerca a otro, y corazones a tu alrededor me confunde, pero me hace entender que ya no te tengo, y que tal vez nunca lo hice.

Solo quiero que sepas que un día como hoy, mi corazón se rompió en otros mil pedazos y que estoy en un hueco tan profundo del cual no tengo fuerzas para salir.

Soul DoorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora