18/06/19
13:05
Esa capilla es algo tan suyo que debería tener escrito en grandes letras su nombre, entrar con el ahí era llenarse un poco de cierta paz y también de preocupación, saber que ponía toda su fuerza y se descargaba profundamente allí. Y aunque algunas veces, no podía percatarme de la magia de ese lugar, ahora lo veo mucho mejor.
Es un aire lleno de devoción y lejos de ser algo divino, es una completa devoción a lo que era el como ser humano. Era un mismo ritual desde que lo podía recordar, algo muy simple. La pequeña capilla se divisaba fácilmente desde el puesto que yo siempre ocupaba y como si fuera impulsado por inercia el simplemente giraba el timón hacia la izquierda, parqueaba gusto al lado de la pequeña construcción de un blanco muy acabado, sacaba las llaves del carro y se bajaba lentamente de este.
No era nada especial al aquel lugar, era el valor y toda la fe que tenía el frente a este, tenía siempre en sus robustas manos un velón blanco y se acercaba justo después de persignarse al pequeño altar de una virgen vestida de azul, se arrodillaba para dejar su pequeño velón a los pies de esta estatua deteriorada. Era como sí ese espacio fuera únicamente suyo, yo solo lo miraba a él y admiraba toda la fe y el valor que se veían en su rostro. Este era un apoyo espiritual enorme para el, verlo arrodillado justo a mi lado me hacía entender lo vulnerable que el podía llegar a sentirse y como detrás de sus sonrisas y todos sus kilos de más existía un hombre lleno de miedos y de preocupaciones.
El pedía por su trabajo, por salir de tantos "chicharrones" que lo aquejaban cada vez más. Lo veía tan humano, tan puro y aunque nos derritiéramos con el terrible calor que nos rodeaba, siempre anhelaba y pedía porque cada una de sus peticiones fueran concedidas y que todo estuviera bien para el. Se levantaba después de unos minutos, se secaba el sudor de la frente y nos invitaba a salir con el, caminábamos sobre las piedritas que rodeaban el lugar y hablábamos un poco antes de montarnos al carro para seguir nuestro camino.
Pasar ahora sin el, es darme cuenta que perdí completamente lo que llenaba ese lugar. Ya no hay paz en el, solo puro y físico dolor. Sentí como pasar por allí me rasgaba el alma, solo es otro recuerdo más de que el no esta y que ya nunca más va a estar físicamente conmigo. Me hace sentir el terrible temor de que la herida sigue tan viva que hasta el más mínimo recuerdo me destruye, no quiero no estar a su lado. Y cada centímetro de aquella construcción me lleva a entender que nunca más me voy a volver a sentar a su lado ni a mirar con devoción a mi papá. Me basto con menos de un minuto de ver aquella capilla para darme cuenta que el sentimiento grato que generaba en mí, ahora solo me llena de dolor y me nubla el corazón.
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Soul Door
Short Story"A veces amarga, a veces divina, la vida es como una caja de bombones, nunca sabes qué te va a tocar."