El colapso
“Todo lo que existe dentro de mí se apaga, el sueño invade cada centímetro de mi cuerpo, soy totalmente incapaz de ponerme en pie, siento que mi corazón se detiene completamente durante varios minutos, mi mente está en blanco por completo y todos mis sentidos se paralizan”
El día después de su abandono, ni pude si quiera levantarme de la cama, me dolía la cabeza, todo el cuerpo, me dolía existir. Miraba todo a mi alrededor esperando que tal vez toda esa tarde no hubiera sido más que una pesadilla con la que mi cerebro quería jugarme una broma. Pero al tomar mi celular y darme cuenta de que no había ningún mensaje de su parte, mi cuerpo entró en pánico, me tembló el corazón y cada uno de los pequeños trozos que quedaban de este se evaporaron de mí.
Solo quería volver a cerrar mis ojos y escapar de esta tortuosa realidad de la que él ya no hacía parte ni haría nunca más. Lo veía en cada rostro que me rodeaba, lo escuchaba en cada voz, lo único que quería era verlo regresar por la puerta donde me había dicho adiós, quería que todo volviera, que él regresará a mí.
Trataba de no pensar en él, huía de todas sus fotos, de su nombre y en especial de los recuerdos de nuestros perfectos momentos, pero era inevitable no caer en el recuerdo de su mirada, de sus innumerables lunares y de esa sonrisa que solo él tenía. Si, lo sé, era lo mejor que pudo a ver sucedido, pero para ese momento no existía un instante en el que no fantaseara con su regreso, con que me tomara una vez más en sus brazos y aferrarme una vez más a él.
Estaba muy cansada, cansada de pasarme los días y las noches quemando mis pensamientos en él, cerraba mis ojos y era inevitable no sentir sus caricias, sus besos y escuchar su voz en mis oídos.
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Soul Door
Short Story"A veces amarga, a veces divina, la vida es como una caja de bombones, nunca sabes qué te va a tocar."