Perdición. Parte 2

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El viaje

"Entré a lo más alto de la experiencia, me inicié en un viaje extraordinario, un trance maldito que nublo mi mente, mis sentidos, exactamente todo lo que era por completo."

Pasaron meses y meses de una extraña relación que la cual nunca había probado, éramos amigos que hablaban todos los días, salían de vez en cuando y tenían sexo al menos una vez por semana.

Entendí que con el pasar de nuestros encuentros estos pasaron de ser una entrega física y corporal para convertirse en una entrega mucho más espiritual y emocional. Le entregué sin mesura lo más importante, mi corazón.

Mi necesidad de tenerlo era inconmensurable, sus ojos eran mi perdición, me hacía sentir de una manera que jamás me había llegado a sentir a lo largo de toda mi vida, me sentía plenamente feliz, amada, deseada. Era sencillamente lo mejor que me había pasado. Quería todo de él, soñaba con que el en el fondo se sintiera de la misma manera acerca de mí, quería poseer todo su amor, su corazón, lograr una completa devoción hacia mí.

No concebía un día sin sus mensajes, sin que me preguntará por mí día, por mí noche. Lo quería solo a él y no podía esperar el martes, nuestro día acordado para escabullirnos como unos locos, para verlo. Era increíble porque nunca lo vi llegar, nunca esperé que una persona tan impredecible llegara con todo el poder que él tenía en mí, no sentí esa sensación de que se aproximara una persona capaz de mover las cosas que el movía en mí.

Era la noche del 11 de noviembre, llevábamos seis meses jugando a ser todo y a la vez nada, yo debo admitirles que ya estaba sumergida perdidamente en un sentimiento tan increíble que no podía si quiera describirlo con palabras, estábamos tumbados en la sala de mi casa mirando el techo mientras jugábamos con nuestras manos de momento sentí como él se recostó sobre su codo y empezó a jugar con los cabellos que tenía en mi rostro.

Siempre me encantaba cuando exteriorizaba su lado más suave y tierno, eran pocos los momentos, pero para mí en ese preciso momento eran la perfección.

-Tengo que preguntarte algo- susurró estas palabras, él era una combinación entre timidez, frialdad y pequeños brotes de ternura.

- Dime- respondí, llena de nervios en serio sentía predecir lo que vendría después.

- La verdad quería preguntarte esto desde hace rato y lo iba a hacer antes pero no sé...- hablaba sin siquiera mirarme a los ojos- ¿Quieres ser mi novia? - concluyó, quitándome la respiración.

Había esperado seis meses, suplicándole a la vida que por fin este momento llegará. El momento donde por fin me daría cuenta si todos estos sentimientos que me tenían en este trance eran recíprocos. Era una experiencia inefable.

- ¡Claro que sí! - respondí desbordada de alegría mientras me abalanzaba sobre él.

Ese sin duda alguna, ha sido uno de los días más hermosos y significativos que he vivido. Me sentía en un eterno viaje sobre las nubes del cual nunca quería salir jamás. Y entre más alto volaba menos me percataba de que la caída iba a ser desastrosa.

Soul DoorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora