23. Final.

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Tiempo después la gente del pueblo comenzaba a superar la muerte de sus seres queridos, Jennifer Blake había quedado como la única responsable del homicidio de más de ocho personas, para la población población general ella había muerto en una redada, para la población sobrenatural ella ardía en el infierno.

Por supuesto que las cosas volvieron a su nivel normal de peligro y rareza. La señora McCall en el hospital lidiaba con una epidemia de gripe, el Sheriff disfrutaba de sus guardias antes de volver a casa con sus hijos, Talia Hale entrenaba a sus cachorros todos los días y seguía siendo la mejor Alfa del estado.

Los adolescentes por su parte ahora solo debían lidiar con tareas y proyectos, exposiciones y eventos deportivos, Derek y Stiles habían llevado a sus respectivos equipos a las finales de varios torneos escolares.
Isaac y Scott disfrutaban de pasar días juntos, en la veterinaria ayudando a cualquier mascota a aliviar su dolor con sus poderes.

Así que si, todo estaba en orden. Y eso era genial.

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-Stiles, ahora que todo esta relativamente bien en Beacon, hay algo de lo que quiero hablar contigo.- Dijo Derek serio, esperando a que su chico se dignara a quitar los ojos de la pantalla de su laptop para poder hablar de frente.

-¿De que se trata?- Preguntó el castaño, mirando extraño al lobo pues este pocas veces tornaba la conversación tan tensa.

-Quiero convetirte.- Derek suspiró, finalmente lo había dicho.- En lobo quiero decir. ¿Puedo?

Stiles guardó silencio, observando como su novio todo nervioso esperaba su respuesta.

-No.- Dijo antes de volverse a la laptop y seguir con su tarea.

Derek se quedó pasmado en su lugar, no sabía que decir.

-Tú no puedes hacerlo, debe ser tu madre. Ella es la alfa.

Derek soltó un chillido y se lanzó a besar a su novio.

-¡Oh pastelito!- El joven lobo besó cada parte del rostro de su novio con ímpetu.- Será asombroso, te ayudaré en la luna llena, correremos en el bosque, podrás golpear a Scott logrando que le duela.

-Eso si me interesa.

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A la tarde siguiente, después de que Talia hubiera hablado seriamente con señor Stilinski asegurando que nada malo le pasaría a Stiles, pues tras un par de pruebas Deaton había determinado que era un candidato perfecto para la mordida estaban absolutamente seguros de lo que hacía, por fin estaba Stiles en la mansión Hale para recibir su mordida.

-Será rápido, pero dolerá.- Advirtió Talia.

-Lo sé.- Respondió Stiles quitándose la sudadera que llevaba para dejar libre el brazo que la loba mordería.- Todo será diferente a partir de ahora.

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Dos semanas después Scott y Derek disfrutan tanto que ya se acerca la primer luna llena de Stiles, había llegado su momento de regresar todos esos chistes malos sobre perros que el castaño se había jactado de repetirles y que tenían guardados desde hacía bastante tiempo. Claro que, las cosas no salieron como esperaban.

-Ya tengo todo listo para tu paseo Stiles.- Dijo Scott mostrando una correa y un collar con una placa a su mejor amigo, el castaño sonrió y minutos después Scott trataba de desatar la correa de sus manos... Ni hablar de donde había terminado el collar.

-Pastelito, quieres que te rasque las orejas?- Preguntó Derek en un susurro cuando su pareja reunía sus cosas para pasar la luna llena en la casa del lago de la abuela Martin.

Con rapidez Stiles dobló los dedos de la mano de Derek en un ángulo sumamente doloroso y luego besó casualmente los labios del moreno.

-Si aún puedes mover los dedos, estaré esperando.

Así que bien, Stiles estaba de mal humor por la luna llena, y había diferentes reacciones al respecto... Isaac estaba bien, Stiles seguía siendo bueno con él. Scott había resultado el más afectado pues a pesar de que en cada ocasión le salía el tiro por la culata no dejaba de gastar bromas a su mejor amigo. Derek por su parte se encontraba dividido en su parte lobo que le parecía absolutamente caliente como de pronto Stiles se había vuelto el miembro alfa de la relación y en su parte adolescente en la que encontraba absolutamente sexy que Stiles lo tratara con rudeza porque si bien siempre lo había tratado con su típica insolencia verbal... ser dominado por el nuevo beta de verdad hacía sus hormonas volar.

-Deseo usar estas cosas en otra ocasión.- Confesó Derek poniendo otro grillete en Stiles.

-Ten cuidado o podrías ser tu el que termine atado a la pared.- Sonrió Stiles haciendo sus ojos brillar en ámbar.

-No frente a mi.- Rogó Scott desde un rincón.

Pronto la luna comenzó a hacer efecto en Stiles, no se había descontrolado por completo pero las garras y los colmillos ya estaban afuera.

-Tranquilo tesoro, pronto pasará.-  Dijo Derek dando un pico en los labios del castaño y alejándose cuando este quiso profundizar el beso.

-Te odio...- Rió Stiles regresando el beso con más afecto.

-No, tu me amas.- Dijo Derek complacido cuando las garras y colmillos desaparecieron y la respiración de Stiles se calmaba.

-Lo hago. Lo hago, definitivamente te amo.- Afirmó Stilinski aferrándose lo más que podía al cuerpo del moreno.- Ya encontré mi ancla.

La atmósfera cambió de forma drástica y pronto Derek se encontraba acariciando cada parte del cuerpo de Stiles, no precisamente para calmarlo.

-Chicos... ¿Ya me puedo ir?- Gruñó Scott con la nariz cubierta, mareado de las hormonas de que esos dos estaban dejando en el ambiente.

-¿Porqué sigues aquí?- Gruñó Stiles besando el cuello de Derek mientras este le quitaba las ataduras.

Scott salió despavorido del sótano de la casa, ya no había riesgo de que Stiles se descontrolara... al menos no para matar a alguien pero bueno si Stiles humano era impredecible, Stiles Lobo iba a ser todo una aventura.


Fin.

-I HATE YOU. -NO, YOU LOVE ME.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora