Lucy »Duki

03. Narrado.

-Hola, vos debes ser la amiga de Marcos.- Me di vuelta encontrándome con un chico rubio teñido.

-Sí.- Lo salude mostrando mi mejor sonrisa, es que mi malhumor tampoco me dejaba.

Agarró unas de mis maletas y empezó a caminar hacía delante, me puse a la par, llevando mis otras cosas.

-Soy Mauro, pero podes decirme Duki.

-Soy Luciana.

Salimos del lugar dando justo en una parada de taxi.

Subí primera luego Mauro, sentándose a mi lado, no le hubiera gustado sentarse adelante.

-¿Los cordobeses son así de no hablar mucho? -Dijo mirando su celular, tenía una sonrisa en su rostro.

-¿Los porteños son así de hablar mucho? - Contraataque.

-¿También son malhumorados? -Volvió a sonreír.

-¿Son también de hacer preguntas estúpidas? - Está vez lo miré a la cara.

-¿Las pibas son todas malcriadas? - Levantó su cabeza mirándome fijamente.

-¿Los pibes son todos idiotas? -Nos quedamos mirando así un buen rato, hasta que el taxi frenó de golpe, haciendo que vayamos hacía adelante.

-Llegamos.- Nos dice mirándonos por el retrovisor.

Bajé enseguida esperando a que el hombre decida abrir el capote.

Entré enseguida al patio de la casa de los Mansillas, seguida de Mauro, el cual está vez no tenía mi maleta.

Toqué la puerta abriéndola enseguida, ¿está gente no cierra la puerta con llave?

-¿Por qué no cierran la puerta con llave? Les pueden robar, sabían.- Puse mis manos en la cadera y sonreí por sus caras. Aclarar que había más gente que ni idea quienes eran.

-Como te extrañé.- Marcos me abrazó levantándome un poco del suelo.

-Tarado, la estás asfixiado.- Wolf separó a su hermano de mí para poder abrazarme él.

-Ya está, listo.- Me solté. -No sean tan maricones.

-No cambiaste nada eh. Te vamos a presentar a algunos de nuestros amigos.

-Wii, que emocionante.- Contesté sarcástica ganándome miradas no muy agradables.

-Chicos ella es Luciana. Ellos son, ecko, dam, lukitas.- Nombró señalando a cada uno. -Dani, Midel, duki, que ya lo conociste.

-Ajá, interesante. ¿Dónde hay comida? -Me di vuelta quedando frente a Marcos.

-Tenés tremendo orto, lástima que tengas ese carácter.

Me di vuelta. -Ya sé, y todavía no conoces mi carácter. Vos tenés tremenda sonrisa lástima que seas tan idiota.

-Uhhhh, justo en el cora.- Un chico levantó la mano para que la choque, eso hice. 

-En la cocina.- Dijo Marcos enseguida. -Les va a caer bien, se los aseguro.