Vaya, que miedo, ni siquiera me salen las palabras. Carajo, ¿que se supone que deba hacer con estos sentimientos? Intentaré guardarlos, reprimirlos, dejarlos, ahogarlos, espero que no duelan más. Han sido días confusos, algo tristes, jodidos. Ayer, fue que después de 5 años no lloro por amor, parecía que está vez sería diferente. No lo fue. Y es que extrañaba tanto el sentir. Miguel, mi mejor amigo, está igual como yo, jodido, cansado, confundido, con miedo, con dolor, con angustia, hemos hablado por teléfono hasta las 2 de la madrugada, fumando cigarrillos, llorando, maldiciendo, jurando, prometiendo, incumpliendo, de alguna forma eso me hace feliz, estamos más unidos que nunca, cuando más lo necesitamos. El colegio va mal, no del todo, pero mal, no entiendo una mierda, y lo único que hago es sentarme a copiar y tratar de entender ello, lo cual, logro a duras penas. El amor duele, y un chingo, pero me gusta su nombre, sus ojos y sus pestañas. En casa nada va mal y tampoco bien, no hay comodidad pero tampoco ganas de huir. Los amigos son los mismos pero en diferentes cuerpos. Lo único que e hecho desde el viernes es aprenderme coreografías y bailar con vil prostituta. En diciembre debo presentar Arqueoastronomía, no estoy lista, de información si, mentalmente no, le tengo miedo a ese tipo de convivios, siempre pasan cosas que duelen, y un chingo, miradas, palabras, acciones, alguien termina llorando siempre. No quiero mirar a Chema. No quiero nada.

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