Capítulo 13

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Alec mete la pata 😒



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Mentiría si negara que tener a alguien tan posesivo y celoso de él no lo encendiera mucho, pero tampoco quería ver a nadie herido. Sintiéndose ligeramente rebelde, Alec cometió un error de proporciones bíblicas. Se inclinó y le dio un pequeño beso a la marca roja en la frente de Simon, haciendo que el electricista soltara una risita bastante femenina antes de salir corriendo para apagar la alarma de su camioneta

Justo cuando él llegó al último escalón, un gran estrépito provino de la cocina y Alec dio un brinco. ¡Mierda! ¿Ahora que?

Corrió a la cocina para descubrir que de algún modo se habían abierto las puertas de la alacena, el espacio que contenía todas sus copas y vasos había vaciado su contenido sobre la encimera y el suelo. Había copas y vajilla rota estaba por todas partes.

-"¡Carajo, Magnus! ¿Que demonios? Eso no significaba nada"- dijo tan silenciosamente como pudo con los dientes apretados- "De todos modos, no deberías haberle hecho eso a Simon. No fue nada amable"- dijo agarrando la escoba y barriendo los fragmentos afilados.

Escuchó un ruido en el mostrador y vio el recipiente de azúcar volcarse, derramando su contenido sobre la superficie. ¡Estupendo! Otro desastre. Dio un gemido y fue a ver ahora qué estaba pasando con eso.

'¡ERES MIO! ¡NO LO TOQUES DE NUEVO!'

Las palabras habían sido escritas en el azúcar como antes. Mensaje recibido, Magnus, alto y claro.

Alec resopló y miró hacia el techo.

-"Está bien, está bien, lo siento, cariño. ¿De acuerdo? Soy nuevo en todo esto, ¿sabes? ¿Qué quieres que haga para probarlo? ¿Me tatúo la frente o algo así?"- dijo negando con la cabeza.

Una vez más, eso definitivamente era lo peor que podías decirle a un fantasma posesivo.

Cuando sintió dos fuertes brazos rodeándole la cintura, Alec sonrió y cerró los ojos, abrazándose con sus propios brazos como si lo estuviera sosteniendo cerca de él. Aww, amaba la necesidad de Magnus por tocarlo. Incluso en esta forma, o más bien falta de ella, se sentía bien sentir esos brazos a su alrededor. Besos fantasmas recorrieron el costado de su cuello, encogió el hombro, deseando con todo lo que tenía poder sentir el cabello de Magnus bajo sus dedos y cómo le haría cosquillas en su mejilla.

Respiró bruscamente cuando sintió un pinchazo en la pendiente del músculo que iba desde la base de su cuello hasta su hombro.

-"¡Argh! ¡Diablos, Magnus!"- siseó con los dientes apretados y luego escuchó a alguien aclararse la garganta detrás de él.

¡Mierda! La sensación de ardor junto con los brazos desapareció de inmediato.

De acuerdo, explica esto, ¡genio!

Se dio la vuelta y vio a un Simón muy confundido parado en la puerta. Sus ojos escanearon el desorden que estaba por todo el piso y la encimera.

-"¿Acabo de oírte decir Magnus?"- dijo, con una ceja levantada.

Piensa rápido, piensa rápido.

-"¡No! Por supuesto que no. Dije caos, ¡diablos, que caos! Quiero decir, mira este desastre. Gran momento para que una de las estanterías ceda, ¿eh? Déjame limpiarlo y podemos comenzar"- dijo, y continuó barriendo.

Amontonó en una pila los resultados de la rabieta de Magnus.

-"¿Dónde está tu recogedor, lo sujetare por ti?"- preguntó Simon.

Su Salvación - His SalvationDonde viven las historias. Descúbrelo ahora