Capítulo 31

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Clary lo miró y un lado de su boca se curvó un poco cuando se marchó.

-"Eso está mejor. ¿Qué estaba diciendo antes? Oh, sí, no quiero que pienses que tienes la culpa de que esté aquí. Como dije, siempre supe que esto era lo que se suponía iba a suceder. Repito, todo el mundo tiene que pagarle al gaitero y me acaban de entregar la factura, eso es todo"

Alec le devolvió la mirada, todavía no la seguía del todo. ¿Cómo podría algo entre él y Magnus tener algo que ver en cómo se sentía Cat?

-"Te lo había dicho, era bastante novata cuando lancé ese hechizo esa noche. No tenía ni idea de qué diablos estaba haciendo, todo lo que sabía era que tenía que intentar compensar lo que le había hecho. Darle otra oportunidad de encontrar el amor. El amor que se merecía"- dijo Catarina- "Yo era como tú, no tenía idea de nada. Afortunadamente, sin embargo, mi abuela me conocía un poco mejor de lo que yo misma me conocía y me dejó todos sus libros. Nunca los había visto antes, no creí que tuvieran algo que ver conmigo, pero al día siguiente fui directo a ellos y comencé a leer"

-"Fue entonces cuando encontré una carta que ella me había escrito"- continuó- "Estaba en uno de los libros, el primero que agarré, en realidad. Fue como un curso intensivo de tener 'La Vista', como ella lo llamaba. Me tomó un tiempo entenderlo, pero después de leer ese y algunos de los otros libros que me dejó, me di cuenta de que lo que poseía no tenía precio. No puedo decir que no estuve impresionada, porque definitivamente lo estaba, pero poco a poco me acostumbré a la idea"

-"Al hacer lo que hice, me vinculé a Magnus y él a mí. Mientras él permaneciera en la forma que está, yo viviría. Y cuando finalmente encontrara el hogar adecuado para su corazón, alguien que lo amará mucho, era cuando recibiría mis papeles para marchar. No esperaba que pasara tanto tiempo, pero es lo que es"

Alec se quedó inmóvil como una piedra a su lado, su cabeza dando vueltas con esa información. No sabía qué decir. En todo lo que podía pensar era que estaba causando que esta dulce anciana se desvaneciera.

-"Vamos, escúchame, ya te lo dije, no te culpes por esto. ¿Me veo como si estuviera preocupada por ello? Siempre supe que este momento iba a llegar y creo que ciento treinta años, más o menos, es una honestamente buena racha, ¿no? Sabía que serías tú desde el primer día que te vi. Y estoy tan feliz de que finalmente hayas llegado. Él se lo merece... y yo también"

Su Salvación - His SalvationDonde viven las historias. Descúbrelo ahora