Soledad Compartida

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Cuando Mouko-chan vio partir el carruaje que llevaba a los nuevos esposos, sintió una extraña sensación. La boda estuvo increíble, llena de detalles cursis (debía decir que eran cursis, pero en realidad le gustaban): se respiraba por todos lados el amor de la pareja, la felicidad de los padres del novio, del Presidente, de María-chan, de los señores del Daruyama, de los Fuwa, Baka-Shou cantó e incluso hubo una corta aparición de Saena, deseando felicidad muy a su estilo: "evidentemente no necesitan un prenupcial" fue todo lo que dijo.

Y ella había gozado con todo. Acompañar a los que amas en sus momentos de felicidad te llena también de felicidad. El problema es cuando los ves alejarse y seguir su camino. Ahí es cuando te queda la sensación de soledad.

Mouko-san suspiró y cuando iba a irse, vio a Yashiro, con el mismo aire solitario que ella tenía. Decidió acompañarlo un rato. Se acercó a él y le dijo: Un hombre de tu edad no debería hacer esa cara.

Y bebieron una copa mientras le deseaban felicidad a sus amigos.

Fictober  2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora