c a t o r c e

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Respuestas Ilógicas.

Yo solito me había metido en este paquete, por querer curiosear, por querer nadar más allá de donde me daba el agua, por haberme dejado arrastrar por mis propios sentires, por mis ganas de querer besarlo. Joder, en ese instante delante de él, de su mirada sagaz, de la espera de mi respuesta admití que yo deseé mil veces eso, que yo lo miraba  a lo lejos y me preguntaba consecuentemente qué se sentiría besar esos labios que parecían hechos de algodón; mis ganas me llevaron a tomar la primera oportunidad que se me presentó y mis ganas por esos labios me había puesto en esta situación en la que yo debía responder al dueño de los labios por qué lo había besado mientras él se debatía entre el sueño y la cordura.

—Quería comprobar que era mejor que tú en esto. La gente compara, dicen que nuestros labios son los mejores, pero yo quería demostrar que los mío eran mejores. Lo hice tres veces para estar seguro, y por supuesto, tenía razón, tengo mejores labios que tú.

Allá en el infierno había un lugar reservado para mí, donde el Diablo me iba a recordar por el resto de mis días la estupidez que dije en este momento. La imagen de los ojos de Kyungsoo, mirándome con sorpresa jamás se me iba a olvidar, tampoco la forma en la que su voz se rompió en su siguiente oración.

—¿Eso es verdad? —Y lo sabía, él quería la verdad porque sabía que estaba mintiendo. Nadie besa a otra para comparar textura, quizá esa fue mi excusa al principio pero terminé admitiéndome a mí mismo que luego del primer beso no podía parar. Él ni siquiera me había correspondido pero se sintió tan bien de esa forma y en los días siguiente, encontré en mis pensamientos y en mis recuerdos el deseo de haber cometido una locura y besarlo con todas sus letras, dientes y lengua.

—Claro que es verdad, ¿qué esperabas? ¿Qué de la noche a la mañana yo iba a querer libremente besarte porque me gustas o algo así? ¡Puuf, por favor!

Toda la embestida de sentimientos que tenía dentro de mí, burbujeando cuando de él se trataba salió a flote, pero los canalicé de la peor forma. De mi boca empezó a salir mentira tras mentira, tratando en un vago intento de quedarme así, de defenderme de mis propios sentires, de alejar la presencia de Do Kyungsoo de mi vida, esa que lentamente me estaba afectando de una forma que yo no podía controlar. Y no lo entendía, lo odié con más fuerza por eso porque así sucedía siempre, porque cuando no podía explicar algo con mis propias palabras lo terminaba odiando por los dolores de cabeza que llegaba a producirme.

Y Do Kyungsoo era mi dolor de cabeza.

Mi jodido dolor de cabeza.

—No sé qué esperabas de mí con esas preguntas —Jongin malo se fue, dijo que no quería ser parte de la matanza aunque ganas no le faltaban, pero se quería ir para cobrarle la apuesta a Jongin bueno y por fin quedé solo ahí, sin voz de consciencia—. Todas tus preguntas parecían tener una intensión, como si supusieras que me gustas o algo, y no es así, Do Kyungsoo, a mí nunca me podría gustar alguien como tú.

—¿Alguien como yo? —me preguntó, con los ojos grandes y brillosos, pero no era el brillo alegre de siempre, esta vez era tan diferente.

Necesitaba callarme, silenciarme, ponerme a mí mismo el mute, el Jongin del futuro revoloteaba en mi cabeza asegurándome que me iba a arrepentir tanto cuando el peso de mis propias palabras jugara en contra, y el Jongin del pasado me decía que jamás habíamos tenido a alguien tan interesado en nosotros como lo había estado Kyungsoo. Y tenía razón. Nunca nadie se había interesado en mí de la forma en la que él lo hacía, a pesar de que era popular nunca alguien se atrevió a decirme alguna palabra similar a las de Kyungsoo.

Ya el problema no era porque fuese chico aunque ese nunca lo fue, el problema era yo mismo y esta idea de que debía odiarlo por encima de todo. De odiarlo porque no entendía cómo podía no cansarse conmigo, no rendirse, no tirar la toalla. Aunque él ya lo estaba haciendo, ya se estaba rindiendo, a lo mejor había tomado la decisión de seguir adelante y detener todo y darse la oportunidad con alguien más entonces llegué yo y lo arruiné todo, ¿para qué? Para terminar diciéndole que no quería alguien como él.

Pero tenía miedo de todo lo que estaba pasando, de su mirada y mis estúpidos e incomprensibles sentimientos.

Seguí hablando, seguí lanzando cada palabra que no quería decir pero que era mi única arma de defensa.

—Sí, como tú. Vamos Kyungsoo, vamos a comenzar porque eres un chico, nunca me he interesado en uno pero no voy a comenzar contigo. Todo este tiempo, si has creído que tu ridículo acoso funcionó para algo déjame decirte que no. Si me llegase a gustar una persona, esa no serías tú. Podrán ser todos, menos tú. Podría fijarme en Kris, en Luhan, en Yixing e incluso en Sehun pero ese no serás tú.

Mierda, ¿de dónde había salido tanta mentira? ¿Por qué los mencioné a ellos? Cada una de las palabras que habían salido de mi boca era lo contrario a lo que llevaba por dentro, que por muy incierto que fuera para mí, no era nada parecido a lo que dije. Porque si era totalmente sincero, cada palabra era jugada a la inversa, porque los días y días de supuesto acoso me permitieron conocerle muy bien, saber qué cosas albergaba dentro de su casa, y estar al tanto de eso que sentía por mí, porque si llegué a mencionar a los demás Chinos en mi línea, fue para plantearme la idea de que ninguno de ellos me llamaba tanto la atención como lo hacía él.

Y porque si quisiera darme una oportunidad con alguien, aunque Jongin malo se oponía a la idea, esa persona sería Do Kyungsoo. El chico que yo supuestamente odiaba y al que me le estaba declarando de la forma más contraria posible. ¿Qué cara pondría él al saber que justo yo sentía lo contrario a esas palabras que acababa de espetarle? ¿Qué haría si yo le dijera que dentro de mí estaba empezando a sentirme como Joonmyun? Pensando en posibilidades, sintiendo calores, planteándome escenarios, lidiando con los celos burbujeando en mí.

Dios mío.

Este tipo me gustaba más de lo que yo mismo quería asumir, y todo era su culpa, por buscarme, por acosarme, por tentarme con sus labios, por todo, él era el único culpable.

Él estaba parando frente a mí, mirándome con estos ojos que se volvía más brillosos, más húmedos. Tragó duro antes de sonreír o hacer el amago de una sonrisa. Supe en ese momento que lo había herido a profundidad, lo supe porque conocía su sonrisa de conquistador, su sonrisa tenue, su sonrisa de nerviosismo, conocía cada uno de sus gestos pero este, este era otra cosa, este tenía que ser la sonrisa que pones cuando quieres decirle a alguien que estás bien cuando en realidad no lo estás.

—¿Ya terminaste? —preguntó, y no pareció que lo hiciera con saña, simplemente era una pregunta que al fin y al cabo se escuchaba rota.

—Si —respondí, mordiéndome la lengua para no decir nada más, nada que de verdad fuera a lamentar. Aunque con lo que había dicho, era más que suficiente para mantenerme ahí, sumergido en mi propia miseria.

Kyungsoo volvió a esbozar esa sonrisa dolida y movió su cabeza, mirando hacia sus pies. Dio media vuelta dispuesto a irse, y lo sentí tan literal, como si esta ida suya era la definitiva. Tuve la osadía de herirlo más, de acercarse a él y sostenerlo de su brazo increpándole con mi mirada, buscando qué se yo. Yo lo estaba lastimando, no física, pero sí de otras formas posibles porque su sonrisa, esa que ya de por sí estaba rota, se quebró todavía más.

—¿Qué? —espetó, mirándome a los ojos.

¿Qué le iba a decir, Kyungsoo escucha, todo lo que dije pueda que sea mentira y pueda que me gustes sólo un poco, ¿qué tal si me besas para romper la tensión?

—¿A dónde v-vas? —pregunté en su lugar.

El se zafó cuidadosamente de mi agarre y volvió a darme esa sonrisa que lentamente comenzaba a odiar de verdad, no me gustaba, tenía sonrisas más bonitas que esas. Pero bueno, quién querría reír de verdad cuando le decían la sarta de palabras que yo dije. La respuesta, nadie.

Kyungsoo terminó de alejarse todavía más de mí, mirando a mis ojos. Lo siguiente que dijo, aún seguía reverberando en mí ser.

—A preguntarle a Sohyun qué era lo que me iba a decir.

🐻

este quizá sea el capítulo más sad, luego seguiremos riéndonos de las desgracias de jongin y la osadía de kyungsoo. espero que esto en serio les guste, corregirlo es una experiencia bonita 💕

Cuentenme, .¿qué tal les está pareciendo? 🔥👌

Nos estamos leyendo💓✨

Razones Por Las Que En Serio Te Odio → KaiSooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora