Razones Por Las Que En Serio Te Odio → KaiSoo

d i e c i s i e t e

En serio, tenemos química.

Lastimosamente nuestro por siempre en ese baño terminó cuando la hora de entrar a clases fue anunciada a través del timbre escolar. Tuvimos que separarnos renuente a la idea de que nuestro labios ya no se iban a tocar más, al menos no por un rato, aunque en lo personal a mi por primera vez me alegró que él viese la misma clase que yo.

Para no levantar sospechas, y sabiendo que el pasillo estaba ya poblado de estudiantes, Kyungsoo salió primero del baño no sin antes besarme por toda la cara para finalizar en mis labios con un Nos vemos al rato, moreno. Me puse nervioso, ni qué decirles. Nunca me acostumbraría a su descaro aunque ahora estaba siendo un poco más soportable, sabía que él no era así con nadie más que conmigo. Sabía de verdad que la única persona por la que se comportaba como un primitivo era por mí.

Y eso era..., dulce.

¿Dulce quise decir...? Un momento, ya no tengo por qué hacer esto. Uh, no pasó nada. Continúen.

Me acomodé el uniforme, el pelo enmarañado que él se encargó de despeinar, me miré al espejo y vi mis labios rojos y le rogué al cielo que nadie se diera cuenta, y si lo hacían, pues me iba a tener que inventar que me había aplicado botox o algo así, lo que sea antes de decir que me había estado besando en el baño con mi peor enemigo, todavía no estaba listo para eso. Un paso a la vez, decían los ancianos.

Llegué al salón casi en tiempo récord antes de que la profesora se diera cuenta, me coloqué al lado de mi compañero y me puse todavía más nervioso que me echara esa mirada de Sé lo que hiciste..., porque lo hiciste conmigo. Era tan cínico, tan descarado, tan echado, salvaje, agresivo, lascivo y joder, eso me ponía a mil y me gustaba de una forma que me asustó. Lentamente las cosas que había escrito en mi lista de Razones por las que en serio lo odiaba, se estaban volviendo en mi contra, fungiendo como detalles que fomentaban a mi atracción por él.

—Lindo color de labios, Jongin.

¡¿Ven lo que digo?!

Ignoré sus palabras tal como estaba acostumbrado aunque dejé escapar una sonrisa pequeña porque él a pesar de todo me parecía adorable, de lejos lucía como una masita pudorosa y cuando lo conocías de verdad era capaz de devorar con sus gordos labios a quien se le resbalara. Entre ellos yo.

La profesora Chaerin llegó hablando de los próximos exámenes y me puse serio sabiendo que no se me venía nada bueno; era tan tapado para los ejercicios que pensar en exámenes y pruebas y notas finales me erizaba los vellos. Yo quería graduarme con todos, salir de aquí, ir a la universidad y ser grande, no iba a necesitar la química para nada más que para tener en cuenta que si le ponías tu cara a una explosión todo se iba a tornar verde, y te iba a dar sueño. Pero de ahí, los conocimientos acerca de química que iba a necesitar eran nulos, porque eso no me iba a servir si quería estudiar Artes.

Mientras la bruja hablaba, más miedo me daba, sobre todo cuando dijo que el examen multigrafiado tenía como diez hojas y ese sólo era el principio de muchos exámenes por corte. Temblé, estaba jodido.

Fue en ese momento cuando sentí una mano en mi muslo, apretándolo, miré abajo, y luego al rostro del dueño de tal acto; curiosamente no estaba tocándome con segundas intenciones, sólo me estaba dando una mirada suave que me decía que todo iba a estar bien. Después de todo él era mi compañero, y le habían delegado la responsabilidad de cuidar de mis estudios, sé que lo hacía porque era su deber, pero también estaba seguro que lo hacía por mí, así como cuando se echó la culpa por la explosión en el salón.

Siempre lo había estado haciendo por mí.

Era tan dulce cuando se lo proponía.

Kyungsoo escribió una nota y me la pasó, la leí sin que la profe se diera cuenta y mis ojos casi salieron de sus cuentas en cuanto el escrito saltó a la vista.