Capítulo 8: Pasados diáfanos y turbios I

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NARRA ROSS:

-¿Así que todo es por ella?- preguntó Bryan sorprendido. Yo solo asentí con la cabeza- viejo, ¿entonces qué haces aquí, llorando como marica? ¡Amárrate los pantalones y ve por ella!

-No lo sé, hay tantas cosas en juego...

Él bufó.

-¿Qué cosas, Lynch? ¿El estatus? ¿Maia? Si la amas como dices, eso no va a importar.

Nos quedamos callados un largo rato, y reflexioné. Tal vez Bryan tenía razón.

-¡Ross, Bryan! ¿Qué mierda hacen? Ya estamos todos en los vestidores, ¡vamos!

Wow, ¿ya era hora de entrenar?

Chris nos tomo por la playera y nos arrastró hasta los vestidores. Tonteamos un poco, y mi ánimo se reestableció. Aún así no rendí bien en la práctica, y me lleve una reprimienda por parte del entrenador. Zafado, ni que siempre estuviera con la cabeza en otro lado.

*A L  D I A  S I G U I E N T E* 

NARRA LAURA:

Llegué al instituto una hora más temprano de mis clases. Necesitaba repasar el libro que estábamos viendo en literatura, "La ilíada", de Homero. Con el torbellino de emociones de ayer había olvidado que hoy había exámen.

Me dirigí a la biblioteca, abrí mi manoseado ejemplar y me senté en la mesa más lejana. Pasaron unos quince minutos cuando sentí que alguien se había sentado frente a mí. Levanté la vista.

Era Ross.

NARRA ROSS:

Me miró extrañada con sus ojos almendrados. Después fingio indiferencia -muy mal, por cierto- y volvió la vista al libro.

Me levanté y me senté a su lado.

-Lynch- dijo ella, haciendo un leve asentimiento con la cabeza. Indiferente. O, al menos, intentando serlo.

-Laura- contesté. Ella me miró. - Hey, lo siento, de verdad. Sólo quería que te dejaran en paz. Te prometo que no volverá a suceder.

Ella se quedó pensativa. Apoyó su rostro en una mano y empezó a torcer la boca de un lado a otro, simulando pensar profundamente. Era adorable.

-Está bien- dijo sonriente.- Te perdono, Roross.

Y yo también sonreí. ¡No podía estar más feliz.

Estuvimos platicando hasta que nos dimos cuenta que faltaban diez minutos para que empezaran las clases. La acompañé a su salón y prometimos sentarnos juntos para el almuerzo.

Esperé con ancías a que llegara la hora. Y también empecé a poner atención a mis clases. Bryan tenía razón: si quería ganarmela, no podía seguir portándome como un burro holgazán.

Cuando al fin sonó la campana que indicaba el almuerzo, salí disparado al salón de Laura; ella estaba esperándome en la puerta. Sonrió ampliamente al verme.

-Hola Mowgli- dije, despeinándole un poco el cabello. Ella torció los ojos, pero sonrió divertida.

Era martes de pizza, así que tomamos dos grandes trozos y nos sentamn una mesa desocupada. Laura parecía no darse cuenta de que todo el instituto nos miraba, pero yo sí. Y tuve que dirigir algunas miradas furiosas hacia algunas chicas que la miraban como si se la fueran a comer viva.

Al fondo, pude ver sobre todo las miradas furiosas de Maia y Tatha -uña y mugre al fin-, y la mirada divertida de Valerie. Debía divertirle que gracias a su prima Maia la estaba pasando mal.

Tenia café en la mirada... (Fanfic Raura)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora