Capítulo 20: Elefantes rosas

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***DOS SEMANAS DESPUÉS***

NARRA ROSS:

-Yo también te quiero, muchísimo, pero esta situación es... desesperante.

Laura suspiró, frustrada; no podía culparla. Llevábamos un par de semanas como novios -por todos los cielos, ¡Laura es mi novia!- y ni siquiera podíamos disfrutarlo, porque Maia estaba insoportable.

Odiaba esta sensación de estar saliendo con dos chicas al mismo tiempo, aunque yo sabía que no era así. 

Cuando intenté terminar "loqueseaqueteníamos" Maia y yo, ella se volvió loca, literalmente. Por recomendación de Val, Chris, y Tatha -que finalmente, y con algo de miedo, se había vuelto nuestra aliada- decidí no reclamarle por los anónimos y las amenazas, simplemente terminé con ella.

O eso intenté.

Como decía, ella se volvió loca. Aún no sabíamos si ella era la de los anónimos o no, pero al día siguiente llegó al celular de Laura otro mensaje amenazante hacia Valerie. Casi se vuelve loca ella también de puro miedo.

Así que decidimos que yo fingiría seguir estando con ella, hasta estar completamente seguros de que Maia era el anónimo.

Hace una semana que habíamos salido de vacaciones, y Maia se había ido con sus padres a Holanda; pero el estúpido de Edmund se había quedado en aquí en la ciudad, y parecía como sí Maia le hubiese encargado a Laura -¡MI LAURA!- porque todo el tiempo estaba sobre de ella, así que de todas formas no teníamos mucho tiempo para vernos.

Y aquí estábamos, en casa de Chris, donde yo me escondía hasta que Laura llegaba, porque Edmund parecía una especie de guardaespaldas o algo así. Estúpido.

-A mi tampoco me agrada esto, pero es la única forma de estar a salvo, y lo sabes- dije, acariciándole la mejilla.

-¿Y si escapámos? Hay muchísimos países en el mundo, podríamos irnos a otro completamente diferente, donde nadie nos conozca.

-Suena muy bien. Sólo nos falta un avión, dinero, y pequeñeces como esas.- Laura sonrió- Tu sabes que eso sería estupendo, pero no podemos.

-Ya lo sé... pero suena bien imaginarlo.

-No te preocupes, todo se solucionará, ya verás.

Ella volteó a verme, derritiendome con la mirada. Me acerque y le di un beso suave, de esos que hacen cerrar los ojos y no querer abrirlos, sino que sólo hacen desear que el mundo se detenga aunque sea un instante.

Nos quedamos un rato más abrazados en el sofá de la sala de Chris, charlando y riendo. Me gustaba eso, abrazarla, y sentir que podía protegerla de todo.

De la nada, alguien tocó el timbre, y después comenzó a dar porrazos en la puerta.

-¡Chris! ¡Ross! ¡Abran!- era la inconfundible voz de Tatha; siguió aporreando y tocando el timbre frenéticamente.

-Diablos, ¿y ahora qué?- dijo Chris, bajando las escaleras corriendo. 

Abrió la puerta, y Tatha entró sin siquiera decirle hola. Se miraba alterada.

-¡Laura, tienes que venir conmigo ahora!- habló, y tomó a Laura del brazo, jalándola a la puerta.

-¡Eh, Tatha, tranquila! ¿Qué pasa?- dije, deteniéndola.

-Ella... Maia... adelantó el regreso... volvió, me llamo, me pregunto por ti y le dije que no sabía, y entonces ella se volvió loca, dijo que por qué le mentía, y... le tuve que decir que estabas aquí, lo siento, no tuve otra... vámonos, Laura, vámonos...

Tenia café en la mirada... (Fanfic Raura)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora