Asesinato

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Estaba muy confundido y deseoso.

Habia visto a Sasuke en varias ocasiones, no obstante, se autoconvencia de que todo era una mala jugada de su cabeza.

Y se propuso a si mismo que, cuando volviera a verlo, correria hacia el, parandolo para comprobar que no era algo de su cabeza.

Pero no volvió a verlo.

Recorrió una y otra vez los mismo lugares en dónde lo había visto pero, simplemente el ya no estaba. Se habia esfumado.

Al cabo de unas semana, aceptó a regañadientes (Mentales obviamente) que había sido su subconsciente.

Se sentía desanimado, los chicos se habían ido, se encontraba solo. Y si, extrañaba a Sasuke.

Penso en volver a Japon o irse a muchos otros lugares a los cuales ya habia visitado, pero el dinero ya se le estaba acabando y al ser turista, no le darian trabajo en ningun lado. Pronto su visa se venceria y deberia irse.

Se sentia en un pozo sin fin.

De repente, el timbre de la casa suena.

Naruto se levanto con desgano y caminó hacia la puerta abriendola de par en par, con un aura bastante morada.

Lo que vio detras de la puerta, lo dejo sin aliento. ¿Acaso era otra mala jugada de su subconsciente?
No, no, no era muy real para no serlo.

-Te encontré. -Sonrió el pelinegro quién yacía apoyado sobre el remarco de la puerta.

-¿Qu- que haces aqui? ¿Como llegaste? -murmuró mientras se tapaba la boca.

-Bueno, tengo mis contactos. -Comenzo a avanzar hacia el rubio. Este no se movio ni un centímetro de donde estaba. Parecia petrificado en su lugar.

-¿Que sucede? ¿No te alegras de verme? -sonrio el azabache.

Al contrario de Sasuke, Naruto bajo la cabeza y unas lágrimas se derramaron por sus mejillas.

Su pecho latía relativamente fuerte y sus manos sudaban.

-No es eso... -hablo entre sollozos mientras trataba de limpiar sus lagrimas con los puños de su remera-. Es solo que. . . Te extrañé.

-¡Oh vamos! Ven aquí y dale un abrazo a tu hermano.

Naruto elevo la mirada con cierto brillo en sus ojos. Y sin pensarlo dos veces se arrojo a los brazos del azabache. Susurrando constantemente "Perdoname" mientras que al mismo tiempo, Sasuke acariciaba su Cabellera.

-¡No tienes por que!

-¡Te deje, sin decirte nada! Fue muy cruel de mi parte! Hasta te prometí jamás dejarte y lo hice. -exclamo sin dejar de sollozar.

-Nunca me dejaste Naruto, siempre estuviste en mi corazon. -Sonrió una vez se separaron para apoyar su mano en el pecho izquierdo.

De repente algo brillante, sobrepaso la mano de Sasuke y evidentemente su cuerpo también.

El ojiazul observó atónito, aun con lagrimas en sus ojos.

La sangre comenzo a salir a borbotones una vez el cuchillo fue retirado de su cuerpo.

El rostro de Sasuke reflejaba un completo horror.

El ojos onix, miro su mano para luego mirar a Naruto quien abrio la boca y ojos como platos.

El grito desgarrador salido de la garganta de el rubio fue lo último que Sasuke escucho antes de caer al suelo manchandolo de sangre.

Atras de todo estaba Kimimaro con una expresion que nunca habia visto en su rostro.

-Debia hacerlo. . . No podía dejar que volvieras con el, es malo para ti.

-Ki-kimimaro! ¡¿Que hiciste?!
-exclamó mientras se arrodillaba hacia Sasuke de rodillas para poner la cabeza de la cacatúa en su regazo.

-Debia hacerlo. . . No podia dejar que volvieras con el, es malo para ti .-volvio a repetir como una grabadadora de voz.

-¡No! ¡Sasuke! -murmuró mientras las lagrimas caían en el rostro de Sasuke y en su cuello se formaba un nudo-. ¡No puedes morir asi. No me dejes! Te necesito, mas que cualquier cosa...

Entre medio del dolor y la angustia, poso su labios en los de Sasuke mientras en su rostro se reflebaja el dolor, para un último beso.

-Ahora debo matarte a ti...

Y en ese preciso instante, el cuchillo comenzó a abrirse paso entre la carne, realizando un corte cada vez más profundo. un dolor agudo y punzante se apodero de su espalda estendiendose hacia sus piernas y su cuello. Cayo al lado de Sasuke, de espaldas.

Acto seguido sintio como decenas de puntadas en sus piernas y espalda abrían su carne de forma brutal.

Corto pero bue :'v
(NO ES EL FINAL)

La Hermandad No Es Lo Único Que Nos UneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora