Capítulo 1

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El fresco aire de la mañana golpeaba mi rostro con delicadeza, mientras tiraba mis flechas a las dianas que había colocado en el bosque.

Se sentía realmente bien. Esa libertad que tenía en el bosque, aislada del mundo, no lo cambiaría por nada.

Paré de correr cuando visualicé el hermoso lago y el manzano junto a él.

Sonará estúpido, lo sé, pero amaba las manzanas de ese árbol. Tenía manzanos en mi huerta, pero ese no tenía comparación.

Tomé una manzana, dejé mi carcaj y el arco en el suelo y repose mi espalda contra su tronco. Le dí un mordisco a la manzana y rápidamente mi boca se agasajó de ese líquido dulzón.

Cerré mis ojos y me concentré en el sonido de la naturaleza, el canto de las aves, el sonido del viento, que sopla contra los pinos y los convierte en una hermosa melodía, el agua que corre, la rama rompiéndose.... ESPERA ¡¿QUÉ?!

Agarré la navaja que siempre llevaba en mi bota y miré a mi alrededor, más específicamente hacia el lugar de donde provenía ese ruido, pero no había nadie. Tal vez fue un ciervo.

No le dí más vueltas al asunto y seguí comiendo la manzana. Aunque había algo que me inquietaba, me sentía observada. Los pelos de la nuca comenzaron a erizarse, definitivamente alguien me estaba mirando.

Rápidamente rodé hasta donde había dejado el arco con las flechas. Me odié por haberlo dejado tan lejos. Me puse el carcaj y comencé a correr de nuevo a mi cabaña. Puede que esté algo alejado del pueblo pero al menos, ahí, tenía más armas para protegerme.

Sentí como me seguían, pero no volteé y comencé a correr con todas mis fuerzas, mis pulmones comenzaban a arder, al igual que mis piernas, pero ignoré ese dolor.

Por el rabillo del ojo ví a una bestia blanca y peluda que me seguía. Comenzó a acercarse a mí por el flanco derecho. Miré hacia atrás pero no ví a nadie más. Lo que es raro, porque los lobos suelen salir en manada.

Me detuve de golpe y lo observé mejor, era realmente muy hermoso. Un lobo blanco, enorme, nunca había visto uno así.

Quedé impactada, pero el muy maldito aprovechó ese momento de estupefacción para atacarme. Obviamente, no me quede atrás. Puse una flecha en el arco y le disparé al corazón, pero él se corrió y le dió a su pata. Soltó un gran aullido y cayó al suelo. Miré por detrás de él y ví que ya estaba cerca de casa. Comencé a correr, salté por encima de la gran bestia blanca y trató de agarrarme pero le pegué en el hocico con el arco y soltó un gemido.

Corrí a la cabaña, entré y aseguré las puertas y ventanas. Corrí escaleras arriba, al ático, donde tenía todas mis armas. El techo era de plata y los vidrios eran a prueba de balas y de fuego, bueno, todas mis ventanas eran a prueba de balas, al igual que el acero y la plata que se encontraba entre las puertas. Si, lo sé, mucha seguridad, pero que una mujer viva en el medio del bosque y sola no era una buena combinación, además de que temía que "él" volviera a parecer como la última vez en mi antigua casa.

Agarré mi computadora y activé todas las alarmas que tenía en mi propiedad. Sí a esa bestia se le ocurría poner un pie, pata mejor dicho, no dudaría en usar la artillería pesada. Tomé mis binoculares y comencé a observar. Las ventanas me daban una visibilidad de 360°, si, mi ático es redondo.

La casa pertenecía a un veterano de guerra, que murió en el hospital hace unos años atrás. Cuando llegué al pueblo buscaba de un buen alquiler, me enteré de ésta cabaña, la cual la vendían a un precio muy bajo para ser tan grande, cuando llegué con el agente mobiliario lo veía un poco tenso, no le dí importancia y entré a la casa. Me fascinó de inmediato, cuando firmé el contrato le pregunté por qué la vendían a un precio tan bajo y me contó que nadie quería la casa porque decían que estaba embrujada y que por las noches el espíritu de ese hombre aparecía, típico cuentos de pueblerinos. Le dije que no creía en esas cosas y él se lo tomo muy bien. Obviamente nunca me pasó nada y nunca ví nada, después de todo ese hombre murió en el hospital, pero cuando descubrí la entrada del ático, la cual estaba muy bien escondida, me encontré con todos estos artefactos de inteligencia militar y quede fascinada, ya que yo también estuve en el ejército un tiempo y sabía cómo funcionaban. Tuve que aprender a protegerme sola, ya que no tenía a nadie, ni amigos, ni novio, ni familia. Era huérfana. Por eso me gusta estar en la soledad.

Destiny [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora