Capítulo 4

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-¡¿Qué haces, maldito idiota?!- le grité.

-Lo siento, vivo cerca de tu cabaña y quería volver a mi casa. No era mi intención asustarte.- dijo él y yo bajé el arma lentamente.

-No vuelvas a hacer eso, nunca más.- le dije severamente. Mi corazón latía a mil por hora y comencé a caminar.

-Lo siento.- dijo poniéndose a mi lado.

-¿Tu hermana?- pregunté con desconfianza.

-Se quedó con unas chicas que conoció. Ella es muy carismática. Yo opté por volver a casa, solo.-

-¿Por qué no me pediste que te trajera?- le pregunté fríamente.

-No sabía que vivías a las afuera del pueblo. Tus amigos me dijeron que vivías en la cabaña que está cerca de la nuestra.-

-Estás mintiendo.- le escupí.- Conozco este bosque de punta a punta y nunca ví esa cabaña de la que me hablas.-

-Está cruzando el lago.- me escupió él.- ¿Conoces esa zona? Cielito.- preguntó arrogante.

No le contesté y seguí caminando. Pasaron alrededor de 30 minutos y pude visualizar el ático de mi cabaña. En todo el camino ninguno de los dos dijo una palabra, podía sentir la tensión que había entre los dos, además de la mirada de él sobre mí.

-Escucha...- dije poniendo una mano en su pecho, pero la retire rápidamente por el calor y la electricidad que este desprendió.-... para llegar a tu casa tienes que pasar por el man...-

-Por el manzano, lo sé.- me interrumpió él, a lo que solo solté un suspiro. Este chico estaba acabando con mi paciencia y eso que apenas lo conozco.

-Hace dos días un lobo me atacó.- le solté y él no se inmutó por eso.- Le disparé con una flecha, pero solo le herí la pata. No he vuelto a verlo desde entonces. La cosa es que hace una semana, encontraron el cuerpo desmembrado de una mujer. Tenía rasguños muy grandes en su cara y piernas y todo indica que la atacó un lobo. Ten cuidado cuando pases por ahí.-

-¿Cómo era el lobo?- preguntó un poco molesto.

-Blanco como la nieve.-

-Fuiste tú.- susurro él y su mirada se oscureció un poco.

-¿Cómo?- pregunté, pero yo había oído perfectamente lo que había dicho, solo quería que lo repitiera.

-¿Cómo están tan seguros de que fue un lobo lo que atacó a esa mujer?-

-Es obvio. Esas cosas andan por todas partes.- dije caminando a mi casa pero él se interpuso en mi camino.- ¿Qué?- pregunté mirándolo fijamente a los ojos.

Una dulce fragancia inundo mis fosas nasales, una fragancia de jazmines y limones, como el de hace dos noches atrás.

Él comenzó a acercarse a mí y rozó sus labios contra los míos.

-Mia.- susurró en ellos.

Eso hizo que volviera a la tierra.

-Soy Alex, idiota. Alexandra para ti.- dije apartándolo de mí.

Quién se cree qué es.

Él me tomo del brazo y me atrajo a él nuevamente, pegando nuestros pechos.

-No puedo dejarte ir.- dijo mirándome dulcemente a los ojos.

-¿Qué?- pregunté, tragando saliva sonoramente.

-Al fin te encontré y no voy a dejarte ir, nunca.- pegó su frente a la mía y comenzó a olerme.

Hice mi cabeza para atrás, porque sinceramente me daba repulsión que hiciera eso. Enterró su nariz en mi cuello y yo llevé mi mano a la espalda para sacar el arma y dispararle a este payaso, pero él poso su mano en la pistola, la sacó y la tiró lejos.

Destiny [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora