-Entonces...- dije llamando la atención de el lobito y miraba por encima de su hombro para asegurarme de que todos se hayan ido.- ¡¿Me espiabas, maldito pervertido?!-
Estaba segura que despedía fuego de mis cuencas.
-Lo siento es que quería protegerte.-
-¡¿Protegerme?! ¡Me acosabas!- exclamé.
-¿Terminaste?- preg6unto fríamente.
-Sí, ya.- dije caminando a la salida.
-Oh no, no, no.- dijo corriendo detrás de mí y agarrándome del brazo.- ¿A dónde crees que vas?- preguntó un poco molesto.
-¿A dónde crees?- dije zafándome de su agarre y fulminándolo con la mirada.
-No puedes.-
-¿Tú me lo impedirás?-
-Si.- gruñó él.
-No.-
-Sos mía ahora.-
-No soy de nadie.- dije y comencé a caminar.
-¡Pones un pie fuera de esta casa y juro que te encerraré en el sótano!- gritó él.
Me volteé bruscamente hacia él y lo enfrenté.
-Vamos a dejar las cosas claras, cariño. Si quieres que me quede a vivir aquí con tu familia, tendrás que dejarme salir...-
-Aceptaste ser mi novia, mi Luna y dentro de muy poco mi esposa y madre de mis cachorros.-
Lo miré mal y me crucé de brazos.
-Solo quiero ir a mi casa para buscar algunas cosas personales.- dije, después de un silencio prolongado y bajando la mirada.
-Tienes todo lo que necesitas y más en esta casa.- sonaba molesto.- Ahora vamos...- me tomó del brazo y comenzó a caminar de nuevo al cuarto.
-¡No!- dije zafándome de su agarre.- Quiero ir al pueblo.- mi voz sonó autoritaria.
-No, no puedes...-
-La gente comenzará a inquietarse si no me ven.-
-No me importa.- volvió a agarrarme del brazo, pero más fuerte está vez.
-¿Puedo salir al bosque al menos?-
-Cuando tenga la suficiente confianza en ti, podrás salir.-
No le hablé más y subí las escaleras por mi cuenta y en silencio. Odiaba admitirlo, pero el chico tenía razón, es decir, yo no confiaría en alguien que intento matarme la primera noche. Además de que si me estuvo espiando, debe saber que tengo todo tipo de armas que tranquilamente puedo ocultar entre mis ropas.
Abrí la puerta del cuarto y él entro detrás de mí. ¿Qué iba a hacer ahora? No sé, pero de algo estaba muy segura y era en que no le hablaría, muy infantil, lo sé, pero eso, a él, le molesta y mucho.
Me senté en una de las sillas y apoyé mi cabeza en mis brazos, pensando en qué estarán haciendo las personas del pueblo. Pude sentir cuando él tomó asiento a mi lado, podía sentir su agitada respiración, señal de que estaba enojado, pero no me importó porque yo también estaba molesta.
Levanté lentamente mi cabeza y me encontré con su gris mirada, puesta sobre mí.
-¿Qué?- pregunté.
Pero él no contesto, en lugar de eso solo me miró, más enojado que antes.
-Como sea.- bufé y enterré mis cabeza entre mis brazos, nuevamente.
Pasó un buen momento y él aún seguía ahí, sentado, mirándome, que aunque yo no lo veía podía sentir su mirada sobre mí.
-Bien. Escucha...- dije levantándome bruscamente de la silla, y está casi se cae.
-Te dejare salir.- dijo él cruzándose de brazos.
-Ou...- dije sorprendida.- ¿Es en serio?-
-Sí. Solo si me prometes que no te escaparás.-
-Llevo casi tres meses encerrada en esta casa, que aunque es linda y tiene su encanto, ya me cansé de ver. Deberías confiar en mí.-
Iba a hablar pero se interrumpió a él mismo.
-Está bien.- dijo y se levantó de la silla.
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Destiny [TERMINADA]
LobisomemAlexandra, pero para sus amigos "Alex" es una chica huérfana que se unió al ejercito a la edad de 16 años, a los pocos meses ya estaba sumergida en sus primeras misiones. Mataba, torturaba y casi siempre estaba a punto de perder la vida, todo porque...