Capítulo 8

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Normalmente, después del increíble día que había tenido con Jason entraría al colegio con la sonrisa más grande, pero no fue el caso: por alguna razón, todos se habían enterado del fallecimiento del abuelo de Jason y que había llorado. Por supuesto, que yo no dije nada ni jamás haría algo que sé que le molesta a alguien, ni siquiera a Jason Trace. Estaba yendo a mi clase por el pasillo y tenía todas las miradas fijas en mí, no entendía nada hasta que entré a la clase y lo vi a Jason sentado en su banco esperando a que llegara para que pisara la clase y así poder cerrar la puerta de un portazo e intimidarme con sus amenazas; y así fue. Ni bien dejé mis cosas en el banco, se paró y cerró la puerta. Levanté la vista con mi corazón en la garganta, todavía sin saber qué pasaba. Tragué saliva y le pregunté:

–¿Qué te pasa? ¿Me querés matar del susto?

–¡¿A vos qué te pasa?! ¡Confiaba en vos, man! Pensé que no ibas a decir nada, era obvio que no se puede confiar en ratas feas como vos, desde el principio me caes mal y ahora sé porqué. –casi me cae una lágrima, no sabía qué había hecho mal.

–¿De qué hablás? Calmate y me contás.

–No, nunca más te cuento algo, ¿sabés? ¿No te alcanzó con verme llorar?

–Sigo sin saber qué hice –tartamudée.

–No te hagas, sabés lo que hiciste.

–¿A estas alturas no creés que estaría de rodillas pidiéndote perdón y llorando? ¿Se puede saber qué en el mundo hice?

–¡Le contaste al colegio entero lo que pasó ayer a la vuelta del colegio! Vos me decías "Basta, Jason, no voy a decir nada, blablabla", ¿cómo esperás que te vuelva a contar algo? –¡¿Qué?! ¡Yo no dije nada! Ni siquiera tuve la oportunidad de hacerlo. ¿Quién más podría haber sido si solo yo lo sabía? No sé, pero iba a empezar en ese instante.

–¿De verdad creés que soy capaz de hacer algo así? 1, creo que soy demasiado buena como para hacerlo. 2, ¡no me daría la cara! Me daría vergüenza, y no puedo creer que creas que fui yo.

–Bueno, sos la única que sabe. Pero ya está, ¿sabes qué? Te voy a pagar con la misma moneda a ver si te gusta, esperá al recreo, Wolff, no sabés lo que te espera. –lo miré horrorizada, Jason era capaz de hacer cualquier cosa. ¿Qué iba a decir? No tenía nada.

Y era verdad que no sabía lo que me esperaba, ni tampoco quería hacerlo. Cuando empezó la clase, empecé a sacar conclusiones e intentar de recuperar cada imagen que tenía de Jason de los últimos dos días en mi cabeza.

Me acordé de la vuelta a mi casa del primer día y todo el escenario. Me parece que había solo un chico de octavo que creo que ni tenía amigos, pero mucha gente los ganaría por una foto de Jason Trace llorando y dejándose llevar por sus sentimientos. En fin, primer sospechoso.

Después pensé ayer en el colegio qué había pasado. Ni Jason ni yo mencionamos ese tema, así que descarté el colegio. Después en mi casa creo que tampoco hablamos sobre eso... Es más, casi ni hablamos, solo al final del día cuando nos peleábamos en chiste y... No, basta Diamond, concentrate.

La clase hablaba cada vez más fuerte y era difícil volver a mi memoria. En el medio de mis pensamientos, alguien tocó la puerta. Levanté la vista y ahí concluí quién fue la que le había contado a todos sobre el abuelo de Jason: era Gabrielle, pidiendo un guardapolvos para el laboratorio. Tenía muchísimas razones para haber hecho lo que hizo, y una de ellas es que ella era amiga de Julia y ella haría lo que fuera por lo bien resentida que es. Antes de que alguien pudiera contestarle, yo levanté la mano y grité que tenía un guardapolvos. Le dije al profesor que lo tenía en el locker y le pregunté si me permitía ir a buscarlo. En cuanto salí de la clase, cerré la puerta y le dije:

Within Hate (Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora