Capítulo 22

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Mi viernes fue igual a la mayoría: me quedé en mi casa, tranquila, viendo series hasta tarde. Jason, en cambio, se había juntado con el gato barato que le gustaba. Lo único que esperaba era que por lo menos se acordara de mí y me llamara, por lo menos.

Gracias a Dios, Jason me llamó a mi teléfono de la prehistoria, sonó e interrumpió mi serie. A todo esto, era la 1 de la mañana y yo ya me estaba por dormir.

-¡Jason! ¿Cómo va la cosa?

-Ya volví, pero fue un desastre -¡Vamos! O sea, estaba contenta por mí, lo que era un poco egoísta, pero estaba mal por él.

-¿Cómo un desastre? ¿Qué pasó? -intentaba disimular mi risa, pero no sé si era muy útil.

-¿Estás bien? -me dijo, creo que me agarró.

-Sí, goma, yo te debería estar preguntando eso. ¿Cómo estás?

-Bien, gracias. Justo cuando la estaba acompañando a la casa caminando me dijo que ella había entendido que yo quería algo serio, lo que es mentira porque recién la conozco. Aparte, te dije que le gustaba otro, y así es.

-Uh, qué bajón. ¿Ahora vas a seguir soltero? -pícara, pero debía arriesgarme.

-No sé, Diamond. Si pinta sí, sino no. ¿Vos? ¿Qué onda los pibes? -vos, nene, vos.

-¿A mí me preguntás? Si soy lo más fracasada que hay.

-Callate, si sos re linda. Yo te tuve ganas en su momento, así que... -qué incómodo, pero al parecer a él no lo incomodaba.

-Sí... -silencio como por 5 segundos, más incómodo todavía. Jason rompió el silencio.

-Eu, Diamond, ¿mañana te querés juntar? O sea, solos. -¿y si se repetía lo del chape? Qué trauma, pero dejé seguirlo con su propuesta. -Pero no como la otra vez en el cine, te prometo, solo como amigos. Quiero hablar con alguien y mis amigos son malísimos para eso -menos mal. Es más lindo, quería juntarse para hablar conmigo, aunque como una amiga.

-Sí, buenísimo. ¿Cómo qué?

-Hay una fiesta en mi barrio y me dejaron invitar a alguien y podés pasar como mi novia así no nos linchan -se ríe. -Pero, posta, venís. Aunque haya mucho ruido y alcohol, te prometo no tomar.

-Dale, me encantó.

-Yo te paso a buscar en el auto de mi viejo a las 10, ¿dale? -esa fue la última palabra de ese tema, pero la conversación fluyó hasta las 4 de la mañana y le tuve que cortar.

SÁBADO A LAS 10: Yo estaba con un top lindo y un jean negro, pero no estaba muy abrigada y hacía frío; temón. Tenía un saquito negro pero nada más, me iba a morir de frío.

Tocó la bocina del auto indicándome que estaba en la puerta. Entré y abrió sus ojos como platos y me tiró típico piropo de película:

-Estás re linda -le sonreí y le contesté jodiendo:

-Dejate de joder, Jason. Vamos

El lugar de la fiesta no era muy encantador, y encima estaba muerta de frío. Jason, como muy caballero que es, me dio su buzo. Tenía el olor a coco con vainilla que a mí me mataba, lo único bueno de la noche. Igual, me estaba por agarrar hipotermia.

Al final, me trajo al re pedo acá porque se la pasó hablando con amigos y, lo peor de todo, tomó un poquito, lo que significaba que yo manejaba. Me quedé sola toda la noche con el celular pedorro que tenía jugando a la viborita; era lo único que tenía de bueno el celular.

Within Hate (Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora