Nombre anterior: "Los 6 corderitos (BTS)"
El pasado es importante en la vida de las personas, haya sido bueno o malo, el pasado puede marcarte, pero a la vez llamarte, como a nuestro protagonista, Jin.
Jeon Kook, demonio, su pasado es incierto, aún...
El pequeño Nam Joon de tan sólo 10 años se encontraba paseando por los pasillo de la hermosa mansión donde vive, pensaba en lo que le había dicho su padre antes de fallecer
"En la vida elegiras entre lo bueno y lo malo, mi querido hijo, debes saber diferenciar entre ambas, si no cosas malas pueden pasar"
Era algo fuerte para un niño pequeño, el vio morir a su padre después de decirle esas palabras.
Nam siguió su camino hasta el salón principal donde pudo ver dos estatuas, una representaba el bien, era de color blanco, el color de la pureza. Y del otro lado tenemos otra, esta era el mal, era un color más oscuro, como grafito, no sabe lo que significa ese color, sólo que era todo lo malo.
Nam: ¿Por qué les representan así? -preguntó, a pesar de ser un niño muy precoz, encontraba la respuesta a todo menos a esas estatuas.- Extraño... -siguió su camino hacía la habitación.
Al llegar a la zona de las habitaciones, su vista viajo hasta el despacho de su abuelo, nunca lo consideró su abuelo o familia, era un hombre de cabellos grises, haciendo resaltar su hermosa piel canela, su abuelo era el jefe de una compañía narcotraficante de toda corea del sur "Kim DMNS". Observó detenidamente era de color negro carbón, resaltaba mucho en aquel pasillo de paredes blancas.
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Su curiosidad era demasiada, tal vez era muy curioso, aunque eso no importa, o ¿si?. Se acercó a está y pudo ver que estaba un poco abierta, suficiente para poder ver un poco el interior. Abrió sus ojos como platos al ver aquella horrible escena, una chica estaba siendo torturada por su abuelo. La joven tenía cortes en todos lados, rostro, brazos, piernas, la chica pedía piedad. Nam ahogó un gritó y retrocedió sin mirar atrás, se asustó mucho al tirar un jarrón, provocando que aquella puerta se abriera, dejando ver a dos hombres quienes se acercaban para atraparlo. No espero más, se levantó y salió corriendo. Corrió y corrió hasta que divisó la puerta de entrada y salida.
Sus esperanzas se rompieron, otros dos hombres entraron por aquella puerta, quiso retroceder, pero ya estaba acorralado. Fue cargado por uno de los hombres, forcejeaba para huir, pero no funcionaba. Fue llevado a aquel despacho, donde la puerta fue nuevamente cerrada, dejando a dos hombres dentro y otros dos afuera.
El hombre de cabellos grises le miraba sin expresión, no dudaba que ese mocoso era valiente, sonrió.
- Vaya, vaya, mira a quien tenemos aquí... -se acercó al menor, el cual temblaba.- Sin duda eres muy valiente al acercarte a este lugar... Viniste a pesar de que se te tenía extremadamente prohibido, mocoso estúpido -rió.-
- D-Déjame ir... -sollozó mientras forcejeaba del agarre de aquel extraño sujeto.- Por favor...
- No, eres un impertinente, mocoso...Dime, ¿Qué prefieres, un disparo, apuñaladas, asfixia o ser colgado? Sólo por ser mi nieto te dejaré decidir .- los ojos del menor se abrieron como platos, no quería morir, sollozó.-
- N-No me mates... -sus rostro estaba lleno de lágrimas.-
- Sabes...- hizo una señal al extraño hombre de que lo soltará.- Te daré 3 segundos para correr y llegar lo más lejos posible.- sonrió.- anda
¡¿Tres segundos?! El menor no pensó más y salió corriendo.- Uno...-el hombre de cabellos grises tomó una pistola.- Dos....- la apuntó a la cabeza del menor.- Tres...- disparó, aquel sonido resonó por toda la mansión, haciendo eco entre las paredes.
El cuerpo del menor cayó en el blanco suelo, dejando ver una enorme mancha roja...
- La curiosidad te mata mocoso... La curiosidad mato al gato...
