La semana siguiente, yo, Ángel Salazar, me enteré de que tendría la posibilidad de conocer, el próximo verano, a tan apreciado amigo a quien le había escrito por meses.
Es por eso, que me dispuse a escribirle la última carta en dónde contaría mi historia.
A la llegada del verano, todo se encontraba perfectamente dispuesto en mi computadora, pero olvidé llevarla al destino en que habíamos acordado.
Tan pronto como le ví, le saludé, supe que su nombre era Mati.
Platiqué con ella durante horas al respecto de mis cartas, y, después de casi cuatro horas, estos fueron los últimos diálogos que intercambiamos:
- Lamento haber olvidado la última carta, prometo enviártela por correo.
- No te preocupes, seguimos en contacto, ya sabes, estoy para lo que desees.
- Gracias.
Mi correo inició así: "Hola, soy Ángel, esta es la carta que faltaba, por favor, leela sólo si quieres decepcionarte al respecto".
La carta era esta:
Querido amigo que sé que pronto conoceré:
No pasó nada interesante después del beso, tras haber platicado con ella, coincidimos en que sólo fue el momento lo que lo produjo, pero que, ella aún tenía novio y no le interesaba nadie más al respecto.
Creo que tiene razón. Ese fue el momento clave para desistir.
Sin importar ello, gracias por haber leído mis cartas y ayudarme tanto al respecto.
Con un gran cariño.
Ángel Salazar.
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Un amor imposible
RomanceElla era el mejor ejemplo de chica cristiana, era una chica linda, inteligente, singular, era la persona perfecta... para alguien como yo.