capítulo VI

2.8K 165 46
                                    

Una persona interesante —dijo lauren entre lametones largos y lentos. Estaban sentadas las dos en un banco del parque, comiendo un helado.

—Sí, es una forma de describirlo —replicó Camila  de mal humor.

—No es alguien con quien convenga enemistarse, me parece a mí.

—No lo sé.

Se quedaron en silencio, lauren concentrada en su helado, camila con la mirada fija en los cuidados parterres de hierbas del parque, sin verlos en realidad.

—¿Vas a querer eso? —preguntó lauren, dando un codazo a camila y señalando su helado, que se estaba derritiendo.

—No, toma. Ahora mismo no me apetece.

—Yo siempre he pensado que nunca hay un mal momento para tomar un helado —dijo, quitándole muy contenta el helado a Camila .

—¿Por qué no puedo tener un padre normal?

—Probablemente va con la especie, creo yo.

—¿Qué especie?

—Los empresarios superricos. Todo trabajo y nada de diversión. No me sorprende que tu madre se largara.

—Pero no siempre ha tenido que ser así, ¿verdad? —dijo camila.

—¿En qué estabas pensando?

—Pues ya sabes, amor, romance, citas, todo eso.

—A lo mejor a tu madre le gustaba la idea de tener una fuente inagotable de dinero. ¿Y descubrió demasiado tarde que la cosa no era ni mucho menos tan buena como la pintaban?

—Supongo.

—Eres joven, camila. Algún día encontrarás a tu princesa. Entonces podrás pasarte el resto de tu vida demostrándole a tu padre cómo se deben hacer las cosas.

—¿Y tú qué, jauregui ? ¿Algún día llegará tu eeeeh... lo que sea?

—Si no llega, es que no lo estoy haciendo bien.

—Muy graciosa, jauregui . Estoy hablando en serio.

lauren  se encogió de hombros, metiéndose otro buen montón de helado en la boca.

—No es algo en lo que haya pensado mucho —dijo, frunciendo el ceño ligeramente, evidentemente incómoda con el tema.

—¿Tú crees que hay alguien ahí fuera sólo para ti, la otra mitad de tu alma? —preguntó camila.

—No lo sé.

—¿Y si ya está cerca, pero no lo reconoces?

—Y yo qué sé —masculló lauren.

jauregui  se terminó el helado.

—¿Y ahora qué, jefa?

—¡Ja, sólo soy jefa cuando te conviene! —replicó Camila , con tono despectivo.

—En este momento, me conviene.

—En ese caso, llévame a casa.

—¿Te refieres a casa de hotel, casa de Mansiones cabello  o casa de California?

—jauregui , no estoy de humor, llévame a tu casa... por favor.

—A casa, pues —dijo lauren, levántandose ágilmente del banco y alargando la mano. camila la agarró sin decir nada y dejó que la pusiera de pie sin esfuerzo.

—¿Tenemos que volver en metro?

—No, si no quieres. Hay autobuses, taxis o piernas: elige.

—¿Cuánto tardaríamos andando?

CULPABLE ( camren ) adaptación Donde viven las historias. Descúbrelo ahora