capítulo II

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Sólo entonces vio lauren  el rastro de sangre que recorría el pasillo y sintió que se le mojaban las manos. Mirando por encima del hombro caído de camila, vio que su inmaculado traje a la medida estaba rajado desde el omóplato hasta la nalga, revelando una espalda igualmente rajada. La sangre de Camila  escapaba a una velocidad alarmante, acumulándose a sus pies. Mirando rápidamente a ambos lados del pasillo, lauren  levantó en brazos sin esfuerzo a la morena caída y la llevó dentro. Cerró la puerta de una patada, llevó a camila a su habitación y la colocó con cuidado boca abajo en la cama.

Abriendo su ropa lauren examinó la herida. Era profunda, pero no tan profunda como para matarla directamente. Probablemente causada por una navaja Stanley o un escalpelo, decidió su mente analítica sin pensar en ello realmente. Aunque el corte probablemente no la iba a matar, la gran pérdida de sangre podría conseguirlo. Agarrando el teléfono que había junto a su cama, marcó el 999 y explicó el problema de forma sucinta y eficaz. Al cabo de un momento, una ambulancia ya iba de camino, junto con un coche de policía.

lauren corrió al cuarto de baño y volvió, habiendo hecho acopio de toallas. Las apretó contra la herida, intentando presionar todo el corte, pero no era fácil. Lo único que podía hacer ahora era esperar a que llegara la caballería. Bueno, pensó, parece que he vuelto al caso. Desde luego, es mucho mejor que espiar a esposas o buscar herederos fugados.

Tardaron un poco en entrar todos en la ambulancia, debido sobre todo al hecho de que camila estaba aferrada a la mano de lauren  y, a pesar de todos los ruegos posibles, se negaba a soltarla. Había recuperado el conocimiento justo cuando el personal de la ambulancia intentaba trasladarla a una camilla. La policía había llegado al mismo tiempo e intentaba interrogar a lauren .

Al ver que Camila  abría los ojos, lauren  se arrodilló a su lado, diciéndole que pronto estaría en el hospital y que todo iba a ir bien. Cuando iba a apartarle a la morena  el pelo de los ojos, la mano de camila salió disparada y agarró a lauren de la muñeca. El habitual instinto defensivo de jauregi  quedó anulado por un súbito deseo de permitir que la mujer la agarrara.  podría haberse soltado la mano, pero inexplicablemente decidió que no quería hacerlo.

—Parece que vuelvo a estar contratada, ¿no? —dijo suavemente. camila no dijo nada, simplemente asintió con la cabeza para confirmarlo—. Tranquila ahora está en buenas manos. Estos hombres la van a llevar al hospital y la van a dejar como nueva. —Sonrió a la herida tranquilizadoramente. O al menos esperaba que fuera una sonrisa tranquilizadora. No tenía gran experiencia en estos temas, como ella misma era la primera en reconocer.

—No... no me encuentro... muy bien.

—Lo sé, pero si me suelta la mano no tardaremos en ponerla bien.

camila  sacudió la cabeza violentamente, negándose terminantemente a hacer tal cosa. lauren miró a los dos encargados de la ambulancia y se encogió de hombros.

—Parece que nos vamos a ir todos juntos.

—Eso parece —dijo el más viejo, devolviéndole la sonrisa.

—No hemos terminado las preguntas —dijo una de las agentes, una joven policía que a lauren le parecía que no tenía más de doce años. Dios, me estoy haciendo vieja, pensó deprimida.

—Pueden seguirnos hasta el hospital. Ahí les contestaré a cualquier pregunta.

La policía miró a su compañero de más edad. Éste asintió, guardando su cuaderno de notas, y habló en la radio que llevaba instalada en el hombro, informando a la comisaría de la situación y pidiendo que se pusieran en contacto con el hospital. Es penoso cómo se abren todas las puertas si eres la hija de un multimillonario, pensó lauren con cierto desagrado.

CULPABLE ( camren ) adaptación Donde viven las historias. Descúbrelo ahora