capítulo XIV

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lauren se había arrodillado al lado del hombre y lo estaba registrando. Sacó una pistola de una funda que llevaba al hombro y se la metió por detrás de los vaqueros. Luego se metió la cartera del hombre en el bolsillo de la chaqueta. A continuación le desató los zapatos y se los quitó, seguidos de los calcetines.

-¡jauregui ! -bufó camila , mientras esta desabrochaba los pantalones del hombre y se los bajaba, junto con los calzoncillos. Tiró de ellos sin ceremonias por encima de sus pies desnudos y los dejó con el resto de su ropa.

-¿Qué diablos estás haciendo?

-Conseguir cierta seguridad -replicó lauren, mientras le quitaba al hombre el resto de la ropa. Cuando le hubo quitado toda la ropa, la amontonó y la tiró por la ventana, conservando sólo su cinturón.

-jauregui , esto es vil, incluso para ti -dijo Camila , sin poder apartar los ojos del hombre desnudo tirado a sus pies.

-Hay poquísimas probabilidades de que se le ocurra hacer algo desagradable mientras saluda con su amiguito. Créeme, a los hombres no les gusta hacer eso.

-Yo creía que eso era lo que todos querían hacer.

-Sólo en privado, en público no.

-¿Así que ése es el nuevo plan, bajarles a todos los pantalones?

lauren sonrió mientras le ataba al hombre las manos a la espalda con el cinturón.

-Algo así. -Levantó al hombre desnudo sin esfuerzo y se lo echó al hombro-. Ábreme ahí, ¿quieres?

camila abrió la puerta y dejó que lauren llevara al hombre a la habitación. Lo colocó boca abajo sobre un escritorio en medio de la estancia. Sonrió a camila malévolamente mientras colocaba al desdichado en una postura vergonzosa, con el trasero apuntando hacia la ventana del pasillo y su miembro colgando fláccido entre las piernas, que lauren le colocó separadas a ambos lados de los cajones del escritorio.

Volvieron al pasillo y observaron el trabajo de lauren por el cristal.

-Eres una mujer malvada, -dijo Camila , sonriendo ella misma con malicia.

-Trae, dame eso -dijo lauren, alargando la mano para que Camila le entregara la escopeta que sujetaba.

Sopesó el arma entre las manos, examinándola. Apuntando la escopeta lejos de cams, tiró rápidamente de una pequeña palanca que había a un lado. Salió un cartucho que atrapó hábilmente. Lo sujetó a la luz y leyó las palabras que llevaba a un lado. Soltó un suave silbido.

-Caray, estos tíos no se andan con chiquitas. Esto es una bala magnum de carga única.

-¿Eso es bueno?

-Te echaría a perder el día si te interpusieras en su camino al disparar. Puede acabar con un elefante.

-Ah, qué bien.

lauren se encogió de hombros.

-Me has preguntado. -Se puso de rodillas y expulsó rápidamente el resto de la munición dejándola caer al suelo.

-¿No funciona mejor si la munición está dentro del arma?

-Sí, pero me gusta saber cuántas balas tengo al entrar en combate, en lugar de descubrirlo cuando estoy a medias. -Volvió a meterlas una por una en el arma-. Vale, ¿sabes usar una de éstas? -dijo, sacándose la pistola del pantalón.

-Pues no, sólo lo que he visto en las películas.

-Bueno, pues olvídate de todo eso, casi siempre es una tontería. -Echó ligeramente hacia atrás la cubierta y miró dentro del hueco que se abrió encima-. Ésta es una Beretta 92F de 9 milímetros. Es un arma militar, así que no es un juguete. Ya tiene una en el cañón. -Apretó un botón situado en la parte de delante de la culata y el cargador de munición salió por debajo de la culata. Sujetando el cargador a la luz, contó el número de balas-. Esto es un cargador completo de quince balas. Eso quiere decir que sólo tienes dieciséis tiros, así que no los malgastes. -Volvió a colocar el cargador en la pistola-. Esto es el seguro -dijo, señalando una palanca que había a un lado-. Si está arriba, quiere decir que está seguro, no puedes apretar el gatillo, está bloqueado; si está abajo, quiere decir que puedes disparar. Sólo tienes que apretar el gatillo con suavidad y disparará una vez cada vez que lo hagas. Intenta que al tirar del gatillo no se te desvíe la pistola de donde estás apuntando. Cuando no tengas intención de disparar, conviene que dejes el dedo en la protección del gatillo. Así no lo apretarás por accidente. No apuntes a nadie a menos que estés totalmente preparada para disparar. Y por último, ni te molestes en esas estupideces de disparar a la gente en el hombro o quitarles la pistola de la mano de un tiro. La única razón que hay para disparar a una persona es para incapacitarla lo más deprisa posible. Eso quiere decir que hay que darle en el centro, en la mitad del cuerpo. Si sigue avanzando, dispara de nuevo. Si aún sigue avanzando, es que está hasta arriba de drogas, lleva un chaleco antibalas o es una persona cabreadísima y muy motivada.

CULPABLE ( camren ) adaptación Donde viven las historias. Descúbrelo ahora