Predestinación °~тaeнyυng~°

Capítulo 49

∆ TaeHyung pov ∆

     
     
    
   

Todo ese día, estando en la ciudad dónde nací, recordé demasiadas cosas. Mis padres, la pequeña niña, el viaje... todo lo que había sucedido allí.

Regresé a casa pronto, me sentía melancólico por haber pasado un tiempo en la tumba de mis padres.

El timbre sonó, me dirigí a la puerta, la abrí para ver a un Jin emocionado y alterado.

–¿Qué haces aquí? –pregunté confundido

–Espera –se tranquilizó–. Hay una noticia

–Ya ví a JungKook, me alegra que haya vuelto para vernos

–¿Qué? No, eso no es lo que venía a decirte –soltó una risa

–Ah, entonces dime –reí

–YonHye, vino aquí –susurró con entusiasmo mientras yo me quedaba boquiabierto–. Vino por trabajo, pero está aquí

Forcé una sonrisa, mi corazón se alteraba al volver a pensar en ella, estando aquí, nuevamente.

–¿Qué sucede? –preguntó intrigado por mi expresión

–Nada, que bueno que esté aquí

–¿No irás a verla?

–No –desvíe la mirada–. No quiero verla

–Pero Tae...

–Fui a ver a... a mis padres y a mi hermano –cambié de tema con lo primero que se me ocurrió

–¿De verdad? –me miró con preocupación–. ¿Estás bien?

-Sí –sonreí ligeramente–. Ya los extrañaba

Me sonrió dándome un abrazo, se separó e hizo un gesto de volver a hablar.

–¿Sabes algo? –hablé antes de que él lo hiciera

–¿Qué sucede? –se sentó en mi sofá

–Al pasar por mi antigua casa, recordé a mi primer amor

Alzó las cejas sorprendido por haber mencionado algo como esto, me miró curioso para que siguiera hablando.

–Era mi vecina, jugaba siempre con ella e íbamos a la misma escuela, tuve que mudarme y ya no pude verla jamás

–Vaya –comentó curioso–. Entonces, tal vez su destino no era estar juntos

–Supongo que sí –me senté junto a él, soltando un suspiro

–¿Crees que te haya olvidado?

–Estoy seguro de que sí... además, ¿cómo podría reconocerla? Éramos muy pequeños

–Tienes razón

Seguimos hablando por unos minutos más, luego se fue. Seguía pensando en aquella niña, pero todo era curioso. En realidad no había hablado mucho con ella, no hasta la primaria, pero tuve que irme con Yura para mudarme con mis abuelos; pues, mis padres y hermano murieron en un accidente al hacer un viaje, donde regresando de este, festejaríamos mi cumpleaños.

(...)

Las siguientes horas las pasé fuera de casa. Recordar todo lo sucedido en mi infancia me hizo sentir inmensamente triste, pero el recuerdo de aquella niña era muy feliz para mí, como una luz por sobre toda esa sombra.

De repente, recordé algo curioso. Antes de irme, le había dado una pulsera que tenía un ave como adorno principal, fue ahí donde le había declarado mi amor.