‹ Capítulo 43. ›

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5 meses después.

- Y así es como quedó, señor Lee. - Dijo la señorita mientras giraba la silla para que el pelinegro se vea frente al espejo.

- Serinuma, te haz lucido. - Dijo él mientras se acomodaba el cabello y sonriente se miraba al espejo. - Haz aprendido mucho de tu madre, te felicito. -

- Gracias. - Dijo la chica mientras mostraba una dulce sonrisa. El pelinegro se levantó y pagó lo de su corte de cabello, luego de desearle buenas tardes y despedirse se retiró del lugar.

/.../

7 horas antes.

- Lalisa, ¿está bien si te quedas sola? -

- ¿por qué?, ¿vas a salir? - preguntó la pelinaranja mientras tecleaba en su laptop.

- JaeHyun me dijo que encontró un trabajo genial y que necesitaba, me pagarán por ayudarlo. Si me dan dinero podremos comprar lo que queremos. - Lisa levantó su mirada y sonrió.

- ¿tanto dinero te van a dar?, ¡increíble! - expresó. - No importa si me quedo sola, creo que de todas formas me iré con Rosé porque dices que no estará JaeHyun. -

- Bueno, agarra tus cosas y te llevo. -

Después de guardar su laptop en su mochila y tomar otras cosas ambos salieron y cerraron la puerta con seguro.

Algo bueno de Rosé era que la casa de Elisa quedaba cerca. Rosé jamás le dijo a Lisa, pero tenía una gran amistad con ambas hermanas.

/.../

El pelinegro iba manejando hacia su lugar de trabajo. Al llegar entró para dirigirse al elevador que lo llevaría a su oficina.

Cuando entró a su lugar de trabajo una gran sonrisa se formó en su rostro al ver a la persona que lo estaba esperando.

- ¡Ten!, mi gran amigo Ten. - Dijo pelinegro con mucha alegría.

- ¿qué quieres, Lee? - Ten no parecía tan contento.

— Primero... háblame de ti, ¿por qué estás aquí? - mientras hablaba tomó una silla, la puso frente a su contrario y tomó asiento.

Era difícil para Ten explicarlo. Tomó aire. - Bueno... pues estaba tranquilo con mi novia, cuando recibí una llamada de Manoban, donde me amenazó. -

- Siempre cariñoso. - interrumpió el otro.

Ten guardó silencio. - Sí, vaya que sí. - luego continuó hablando. - Y viajé desde Tailandia para acá, ahora estoy contigo que no sé que diablos quieres. -

- Mi parte favorita de tu historia es en la que salgo yo. -

- Déjate de babosadas y dime que rayos quieres de mí. - Ten cruzó los brazos.

El peligro rió. - Se nota que no conoces a Manoban. - paró un momento para cambiar de tema. - Tu sabes lo mucho que quiere a sus hijas... ¿No? -

- Lo sé. -

- Nosotros llevamos hasta años de búsqueda y las encontramos, llevan viviendo un año aquí en Corea. Alguien llamado Elías sabe su localización y no quiere ayudar, está bien, nos retó. -

- No voy a decirte donden las chicas. - De inmediato respondió.

- ¿A No? - sonrió con malicia. - Sería una pena que... - sacó el teléfono de su bolsillo y con sólo poner su dedo marcó a cierto número y lo puso en alta voz. - Sorn... cariño, ¿qué piensas de que tu novio no colabore conmigo? - Ten abrió los ojos como platos. Se podía escuchar como Sorn sollozaba mientras otra persona que no reconocía le gritaba para que hablase. Se levantó de inmediato para golpear al contrario, pero este tomó su muñeca.

- ¿Quieres que Sorn sufra?, habla. -

- ¡Chittaphon, por favor!... ¡ayúdame! — Gritó la chica desde la otra línea.

— ¡No se donde vive! — Por parte mintió. Se había enterado sobre que Lisa se mudó con TaeYong y que Elisa se casó, no estaba seguro si la madre de ellas vivía donde mismo.

— ¿Cómo que no sabes donde vive? — Preguntó el otro confundido. — Sé que haz venido aquí para visitarlas. —

Ten suspiró. — Creo saber donde vive Elisa. — el pelinegro sonrió satisfecho.

— Gracias, Sorn. — Dijo dulce al teléfono y colgó.

— Ya que sabes donde vive ejecutaremos el plan, Ten. Primero, debemos de sacar información de la anterior señora Manoban, Elisa vale millones, jugar con ella hará todo más fácil. —

— ¿Sabes que está casada? — Los ojos del pelinegro se abrieron como platos al oírlo, jamás se enteró de eso y mucho menos de que ella tenía una relación.

— ¡Diablos!... Será más difícil todo. — Cubrió su rostro. — Me lleva... —

Mientras se quejaba Ten pensaba en un plan. — Creo que deberíamos agarrarla, no me gustaría pero creo que quieres interferir a tu hermano en esto. —

JaeJoong sonrió. — Soy mas bello que él. — Ambos son igual de orgullosos. — Agarraré a Elisa Manoban, la amenazaré con que soy TaeYong y que si no me dice donde está su madre la vida de Lalisa estará en peligro. Pero jugar unos días con ella servirá mucho. —

Le costaba mucho a Ten, le costaba que por su culpa afectaría a una de sus mejores amigas, a la hermana de esta y probablemente su relación.

— ¿De acuerdo, Ten? — Preguntó JaeJoong. Sabía muy bien lo mucho que sufría Ten con solo pensar lo que va a hacer.

— Bien... — Dijo Ten forzado.

Ambos se levantaron, Ten tomó su cubrebocas y sus lentes negros y luego se fueron al elevador. Cuando bajaron se dirigieron al coche de JaeJoong para ya irse.

— Me das pena. — Dijo Ten.

— Todos me lo dicen a menudo menos mi esposa. — Dijo JaeJoong al volante.

— No tienes que fingir ser tu hermano, creo que Lalisa se pondría mal porque ama a TaeYong. —

— Él es el que debería sentirse mal, es un asco. Lo manipula, solo porque es producto de su esquizofrenia están juntos. — Respondió el otro molesto. — Mejor si se separan. Hay chicas mejores, ¿sabes donde conocí a mi mujer?, en un club. — Ten no pudo evitar carcajearse, sabía bastante bien que YoonA y él no se conocieron así. Lisa ya le había hablado de YoonA antes. — ¿Te da risa?, es verdad. —

Eso le dio todavía mas gracia. — Dobla aquí. — JaeJoong obedeció. — No le debes decir que eres TaeYong. —

— Yo hago lo que quiero. — y siguieron el camino.

¿Eres real? « TaeYong & Lisa. » [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora