𝑪𝑨𝑷𝑰́𝑻𝑼𝑳𝑶 𝑼𝑵𝑶:
𝑒𝑣𝑒𝑟𝑦 𝑏𝑟𝑒𝑎𝑡𝘩 𝑦𝑜𝑢 𝑡𝑎𝑘𝑒No ha ni terminado de entrar cuando la requisan, y no es juego, es como... si fuera algún tipo de delincuente, le parece patético, en definitiva no la hace sentir mejor, de hecho es todo lo contrario. "Protocolo" le explica Natalia, revisan todas sus maletas, hasta los más pequeños rincones y bolsillos, luego ella debe pasar por un escáner, como cuando va al aeropuerto, solo que las enfermeras buscan aparte de drogas objetos punzo cortantes que puedan servirte para pasar a mejor vida, cualquier cosa parece ser una buena herramienta para eso, por lo que a Millie le quitan un cortaúñas, una pinza para sacarse las cejas y su rasuradora, le parece espeluznante pensar siquiera en alguno de esos objetos para autolecionarse, pero según Dyer ya ha pasado antes, ella también le explica que decomisarán su celular por los primero meses, y que si lo quiere de vuelta tendrá que ganárselo, ya sea mejorando en su tratamiento o ayudando con algunas cosas, como un modificador de conducta, se acuerda de su madre quien le compraba una paleta o nuevas zapatillas par bailar si al final del la semana lograba obtener una estrella dorada cada día por su buen comportamiento, obvio Millie siempre se ganaba su premio, tal vez eso la llevó a pensar que estaba bien soltarla un poco, terrible error.
Luego de que la requisan su consejera le da un paseo por las instalaciones hasta dejarla en su habitación, ella es como una orientadora para temas pesados, casi una psicóloga, pero no lo es ¿Quién lo entiende? la cosa es que tiene que ir 3 veces por semana a hablar con Natalia, lo cuál no está del todo mal, ya es hora de sacar un poco de todo eso que tiene adentro después de guardárselo por 19 años.
Su cuarto es el 27.
En el pabellón B, lo que en realidad significa el 27B, es algo amplio, tiene dos camas, dos armarios, un baño bastante equipado, por ahora Millie se quedará sola en este, en el momento que alguien llegue le asignarán una nueva compañera con quien deberá compartir; la castaña espera que no sea pronto, por ahora necesita estar sola.
Este pensamiento cambia las primeras noches cuando le toca dormir en la cama sin nadie a su lado, justo antes de la media noche todos parecen hacer fiesta, a esa hora solo se escuchan gritos extraños y es ahí cuando quisiera tener a alguien que le diga que todo está bien, debe jugar a la valiente y acostumbrarse.
Los gritos vienen del pabellón A: Casos especiales, ahí está la gente que lastimosamente no tiene cura, los que realmente no van a mejorar y son casos perdidos, ahí el razonamiento es inexistente, el tercer día, Millie entra uno de sus salones mientras busca la biblioteca y lo primero que sucede es que una chica la golpea, en la cara y de repente un hombre mayor le grita, se siente tremendamente aturdida, por alguna razón así que termina perdiendo el conocimiento, eso no se lo esperaba, lo que hace que termine en la enfermería, ahí conoce al doctor Charlie, quien es su medico designado, él velará por su salud, la pesará todas las mañanas, le planeará una dieta especial y además se encarga de recetarle algunos medicamentos en caso de que los ocupara, por ahora Millie le pide que la deje mantenerse lúcida, él se lo permite solo porque el sentido del humor de la chica parece intacto, incluso cuando la golpearon dejándole el ojo morado, el muchacho le agrada, no es un viejo aburrido que la juzga con solo la mirada, todo lo contrario es muy dulce, tranquilo y tiene un aura sereno, él es quien le explica como llegar a biblioteca y que tenga cuidado con los del pabellón A, es el único, aparte de su consejera, con el que tiene platicas esa primera semana.
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Abril; fillie.
Fanfiction"𝑃𝑖𝑒𝑛𝑠𝑜 𝑒𝑛 𝑎𝑏𝑟𝑖𝑙, 𝑒𝑛 𝑙𝑎 𝑠𝑒𝑛𝑐𝑖𝑙𝑙𝑎, 𝑐𝑜𝑛𝑡𝑟𝑎𝑑𝑖𝑐𝑐𝑖𝑜́𝑛. 𝐵𝑟𝑖𝑙𝑙𝑎 𝑙𝑎 𝑙𝑙𝑢𝑣𝑖𝑎 𝑐𝑜𝑛 𝑒𝑙 𝑠𝑜𝑙, 𝑒𝑛 𝑢𝑛 𝑝𝑎𝑐𝑡𝑜, 𝑢𝑛 𝑖𝑛𝑠𝑡𝑎𝑛𝑡𝑒... 𝑜 𝑡𝑖𝑒𝑚𝑝𝑜 𝑚𝑎́𝑠." Hay varias cosas de las cuales Millie...