¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
𝐂𝐀𝐏𝐈́𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐃𝐈𝐄𝐂𝐈𝐒𝐈𝐄𝐓𝐄: 𝑏𝑟𝑜𝑘𝑒𝑛 𝑤𝑖𝑛𝑔𝑠
— Lo odio. — pronuncia mirándose al espejo. Cuando le dijeron que iba a ir a una clínica mental a recibir tratamiento lo último que pensó fue en echar los bonitos vestidos que de vez en cuando su madre le compraba, en su maleta puso un par por si acaso, pero elegantes no sería la perfecta para estos, eran más como algo versátil por si quería ponérselo en un día soleado, jamás imaginó un escenario que involucrara una cita.
— Te ves bonita. — exclamó Sadie desde su cama mientras la miraba — Me gusta, las chicas salen a relucir y eso hará que caiga. — Millie llevó sus ojos a su escote y de inmediato supo que ese no era, ella tenía razón, se podría malinterpretar, además era rojo, imposible — Bueno si tanto te molesta. — la pelirroja se levanta, va hasta su armario y saca un suéter blanco y se lo pasa — Eso las cubrirá, pero creo que deberías dejarlas afuera. — sin poder evitarlo la bailarina rió y se lo puso encima.
— Bueno, al menos se ve más apropiado. — exclama volviendo a mirarse en el espejo, iba bien con nos zapatos plateados que le había pedido a Natalia — Aunque sigo creyendo que es algo exagerado. Tampoco es para tanto la ocasión. — suspiró poniéndose un brazalete del mismo color que sus sandalias.
— Lo es, tienes una cita con un doctor. — la castaña se sienta en la cama de la ojiazul para que esta le arregle el cabello un poco — Un doctor. — repite emocionada — Deberías casarte con él ¿Te imaginas? No vas a tener que preocuparte por nada nunca más, estarás sana el resto de tu vida y vivirás bien ¡Ojalá yo tuviera una cita con un doctor! ¡Ojalá Finn fuera doctor! — Millie se incomoda al escuchar su nombre, y al mismo tiempo piensa: Jamás sería un doctor, él vive por la música.
— Primero que nada. — levanta su dedo al momento que su amiga termina con su cabello al cual no hay mucho que hacerle porque está corto y empieza con su maquillaje — No es un doctor aún, es un interno, y segundo, no creo que él esté interesado en mí de esa manera. — la pelirroja la mira seria por unos segundos.
— ¿Es en serio? — le pregunta rodando los ojos — Cariño, es un doctor joven y lindo, seguro pasa todo el día rodeado de hermosas enfermeras, y las chicas probablemente le llueven, pero no, él decidió invitarte a ti, a su ex paciente anoréxica que está internada en una institución para la salud mental, a una cita. — pone un poco de máscara en sus ojos y luego la tapa — Además de que eres bonita, pero estoy segura de que eso no es lo que lo llevó a invitarte, creo que le gusta como eres. — la joven guarda silencio por unos segundos ¿Será posible? — Lista. — una sonrisa brillante se instala en la cara de Sink.
— Gracias. — exclama dándole un última revisión a su reflejo, no está mal — Bueno... — coloca un poco de perfume en sus muñecas y luego mira a su compañera — Deséame suerte. — le pide nerviosa mientras camina hasta la puerta.
