Capitulo 2: ¿Quién eres y por qué me webeas?

3.5K 227 11
                                    

Capítulo 2:

«¿Quién eres y por qué me webeas?»

Definitivamente estaba cabreado. De por sí, siempre estaba cabreado de las weás intransigentes de la vida. Ese día había despertado con una energía que jamás creyó poseer, pero que después de 2 años consecutivos haciéndose cargo de los negocios importantes de su familia -Porque sí, siendo Alfa venía de una sepa mucho más interesante que el resto de la jerarquía humana, mucho más importante, más poderoso - Al fin podía estudiar lo que siempre había querido, ingeniería en informática. Sonaba un cargo bastante improbable para él, porque si quería triunfar como un alfa hecho y derecho, las políticas, la economía y los ámbitos líderes eran perfectamente encajados con su personalidad. Pero debía aceptarlo, la programación siempre había sido su debilidad cuando acompañaba constantemente a su tío lejano beta al trabajo siendo un pequeño infante. -Le había agarrado gustito por el tema, pero nunca hasta esos pocos días que su madre Alfa había dado el si para que estudiara lo que quisiera, siempre y cuando fuera uno de los alumnos más destacable en el área. - Estaba feliz de poder cumplir un ambicioso sueño, uno de los tantos.

Y a pesar de que su caracter a veces cambiaba y se comportaba como un niño caprichoso la mayoría de las veces. Hoy estaba con una inclinación perfecta hacia un buen humor. Perfecta hasta que casi se saca la mierda en una esquina de la facultad cuando dobló.

Lo observó de reojo, no lo había notado, a veces era demasiado despistado con los olores que le rodeaban en el campus, y era más que nada porque no estaba interesado en conseguirse a alguien. -Uno de los pocos Alfas destacados que aún no había encontrado pareja tampoco. - Sin embargo le sorprendió que la persona que había topado con él y lo había movido de su posición enhiesta, era un un inútil omega.

¡¿Qué hacía un omega en la universidad?! Ah Cierto, hace poco el jefe del país había aclarado una ley para que todo aquel omega sin pareja tuviera el derecho de estudiar en la Universidad. Malditas leyes imbéciles sin sentido, se dijo así mismo y tomando toda posición como Rango superior de manada habló.

-¡Ten cuidado conchetumadre! - No le importaba gritar, ni hacer presencia su mandato en ese momento. Nadie podía enjuiciarlo ni mirarlo de manera extraña -Cuando alguien lo miraba directo a los ojos de manera enojada era un lenguaje en el que habría una lucha de poder por el líder del territorio. Nunca nadie intimidaba a un Alfa sin una lucha real, así que tenía todo el derecho de ser un prepotente si lo deseaba. - Aweonao -terminó de decir y se acomodó un poco la ropa.

Esperaba largarse de allí sin recibir una respuesta pero se sorprendió cuando vio que el otro hombre se paraba inmediatamente y le habló directo.

-¡Ten más cuidado tú mierda! ¡No puedes andar corriendo por la facultad aweonao! - El Alfa lo miró directo a sus ojos sin perderse ningún detalle del rostro del moreno. Era primera vez en la vida que un omega le había contestado a sus palabras, se sintió ofendido y molesto. ¿Qué chucha se creía él?

-¿Perdón? -Aún no salía de su estupefacción. Se había sorprendido tanto que no se había dado cuenta que su cuerpo involuntariamente se había acercado hacia el más bajo. -

-Lo que escuchaste imbécil, si ya no entendís de lo que te digo anda a buscar un cerebro nuevo, Alfa penca. -Volvió a contestar.

El ruliento lo miró aún más sorprendido y el enojo comenzó a inundarlo de manera abundante. - ... ¿Qué?... -Se acercó aún más, casi rozando la nariz del otro. De repente se sintió muy excitado y no sabía si era por la insolencia que el omega weón le había hecho, o por el olor fuerte y dulzón que se le cruzaba por la nariz. - ¡Quién chucha te crees para hablarme de ese modo conchetumadre!

-Me creo lo que soy ¡Conchetumadre! - un gruñido molesto vino del más alto y sin dudarlo optó por tomar a la fuerza del cuello del otro. -¡Suéltame maricón!

-¡No te atrevas nunca más a hablarle un Alfa de ese modo, ¿Me escuchaste omega inútil?-

-¡A quién vení a tratar de inútil culiao! ¡Podís ser un Alfa y toda la mierda que querai pero no dejai de ser un conchesumadre! -

Y hasta allí había llegado el innecesario dialogo. Lo siguiente que se vio fue que un Alfa y Omega peleaban a combos por los insultos que cada uno se daba. El beta asustado que estaba allí decidió buscar ayuda para que separaran a estos hombres peleando sin razón alguna. Se sorprendió al saber que su amigo Nicolás podía durar tanto sabiendo que su cuerpo de omega era algo delicado. Sin duda era un caso excepcional y no evitó reírse de improviso.

La pelea estaba buena, nunca antes podías observar tal excepción.

Un rato después se observaba que en el despacho del director, se encontraban ambos personajes golpeados, un poco moreteados y heridos, sentados. Escucharon atentamente lo que el director les decía, que si no podían controlar los impulsos humanos que aún les quedaban, se jactarían de seguir estudiando en esta universidad y que se encargaría de mostrar a otras universidades la calidad de persona que ambos habían dejado ver. Había sido un golpe bajo para el Alfa, no podía demostrar debilidad ante su familia, menos su madre que era la líder de su familia.

-¿Entendieron el par? Si no son capaces de obedecer las reglas y estatutos de esta universidad tendré que tomar esas medidas que les mencioné. ¡No son unos adolescentes! Usted señor Jaime, aún que proviene de una familia bastante destacable e importante dentro de la sociedad, no le da el derecho de sobrepasar el resto, menos a sus propios compañeros de clase. ¡Debe mostrar un perfil de estudiante universitario! -El director esta vez miró al más bajo. - Y usted señor Nicolás... Esta será la última vez, ¿Me escuchó? la última vez que tenga que estar soportando tanta insolencia. Es cierto que sus estudios indican que dentro de su sangre se encuentra la mitad Alfa, pero independientemente de eso no debe tener una lucha en un recinto que es completamente público, deje eso para algo más personal. -Retó y ambos muchachos lo miraron desconfiados. - Si veo que están causando más problemas, tendré que expulsarlos de la universidad... ¿Están de acuerdo? -Ambos chicos asintieron. - Bien, aun así no me confiaré que esto vuelva a ocurrir. Desde ahora en adelante Nicolás, te encargarás de ayudar a este chico nuevo en la universidad, recién entró este año y está en tu misma carrera, haz el favor que se acomode como se debe.

-¡Pero...! -

-¡Nada de peros! Si usted no controla sus instintos, no podré hacer nada. Debe aprender a obedecer también su sangre Alfa y respetar que él está a un rango mayor que usted. ¿Bien?

-Bien. -Afirmó Nicolás. Los chicos se retiraron de la oficina del director quedándose afuera de la habitación.

Había sido un día asqueroso, un día horrible. No había perdido, pero tampoco había ganado y eso para un Alfa significaba desventaja, significaba debilidad ¿Cómo era posible que empatara con él? Escuchó que compartía sangre Alfa y que por ello su carácter no era del típico omega consentido y sumiso. Se sentía intranquilo y hasta hastiado, no podía considerar la idea de que este ser más bajo tuviera un comportamiento tan diferente.

-Ya weón lo siento. -Escuchó un susurro a su lado y levantó sus ojos cafés hacia el dueño. - Yo sé que estuvo mal, y que también empecé con la weá. ¿Te parece si llevamos esto con más calma? Después de todo estoy obligado a enseñarte en el semestre todas las weás de informática. -terminó. Jaime lo miró curioso, aún un poco desagradable, pero en paz. -Si tenís alguna duda o consulta, pregúntame. ¿Dale?

Jaime lo miró incrédulo. El olor de un momento que sostenía su acompañante había cambiado considerablemente, de uno ansioso y extravagante a uno totalmente pacifico. ¿Cómo era posible que reconociera la sensaciones del otro? Era primera vez en su vida que podía identificar estos olores de un Omega. -Bueno, tampoco es como si hubiese estado entre tantos omegas, pero nunca había sentido tanta cercanía con uno. - Era primera vez en su vida que empezaba a descubrir mucho más acerca de las razas.

-No. -respondió tajante.

-¡Ah! ¡Ándate a la conchetumadre entonces! -respondió el otro y con un bufido exasperado lo vio alejándose lentamente. No pudo evitar soltar un bufido divertido, otra vez había cambiado su olor repentinamente a uno distante y de diferencia.

¿Ay Jaime, en qué te habías metido?

Rebelión (Jaidefinichon GOTH) (Jaime/Nico)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora