Rebelión (Jaidefinichon GOTH) (Jaime/Nico)

Capitulo 6: Do I wanna know

Sintió como algo molestaba cerca de su oído, más específicamente en el cuello. No sabía que era, ni tampoco quería intentar hacer el mínimo esfuerzo para despertarse, estaba tan cansado de los días consecutivos en los que había sido envuelto en placer y ardor que hoy ya no podía siquiera levantarse. Sin embargo aquella sensación molestosa, bajó hasta hacer un pequeño recorrido hasta su hombro y allí fue cuando supo lo que en verdad era cuando una mano más grande que la suya comenzó a acariciar lentamente su cintura pasando a llevar los muslos. Ah, no quería realmente estaba agotado y sólo deseaba dormir, su cuerpo no daba más, se sentía tan pesado que el cuerpo no le respondía. Ignorando la caricia sutil se movió hacia un lado, ronroneando un poco sólo para hacer notar que se sentía cansado y perezoso y que aunque el otro insistiera constantemente no dejaría su lugar.

­—Nico… —Aquella voz, la única voz que había compartido cuatro días completos a su lado. —Nico po.

—¿…Qué? —Contestó aún con los ojos cerrados y en la misma posición de hace unos momentos. —Tengo sueño.

—Has dormido toda la mañana, son las doce. —Sintió un beso lento colarse por su cuello, despacio y sumamente suave. —Nico… —

—Ah Jaime ¿Qué weá querí? —Ya está, lo había sacado de su mañoseo matutino. —Me despertaste culiao. —

—Sí — río algo burlón, casi como si hubiese hecho alguna acción traviesa. —Tenemos que levantarnos y comer alguna weá, no hemos comido nada. —

—¿Y de quién es la culpa? Has estado dándome como caja todos estos días. —Contestó Nicolás sentándose despacio por la molestia en sus partes bajas. —No puedo ni caminar, estoy cansado.

Jaime lo miró divertido, había disfrutado como nunca antes estos días junto a Nicolás, por muy extraño y retardado que fuese. Insistía en que estos sentimientos cálidos que inundaban su corazón eran por las feromonas expuestas de su querido omega fértil, no sentía amor, quizás un cariño que no reconocía como tal, pero estaba ahí guardándose bajo una coraza bien fría y hundida.

Sus pensamientos durante estos días habían cambiado un poco respecto al trato con el omega, decía que era inútil pero de a poco aceptaba la cualidad que el otro tenía. No era simplemente alguien pasivo con respecto a los pensamientos. A pesar de las hormonas llenándole por completo cada parte de su cuerpo —Que generalmente provocaban éxtasis entre ambos— no evitaba agarrarse a peleas de vez en cuando, muy leve pero discutían porque seguían tratándose de la misma forma. Y de algún modo eso le calmaba, no era algo tan bizarro de haber sido lo contrario, simplemente no se imaginaba que Nicolás fuera tan pasivo en su actitud. Algo le llamaba la atención, algo reclamaba en su actitud que le hacía ver muy atractivo, atrayente e interesante. Supuso que era más que nada su carácter que a pesar de las discusiones se divertía la mayoría de las veces molestándolo constantemente.

Alejó un poco sus pensamientos concentrándose únicamente en Nicolás. A pesar del frío que azotaba la ciudad, ellos no sentían muchos cambios dentro del espacioso apartamento, era acogedor y muy abrigador, además de que el apareamiento les había hecho cambiar muy radicalmente sus temperaturas y se regulaban estando juntos, por ende casi ni usaban ropa en los días que habían estado juntos, no era necesario, una que otra ducha para refrescarse y volver al ataque habitual. Se estiró a su lado abrazándolo mientras el otro correspondía el abrazo algo frío, intentó entender por qué esta actitud y a través del olor describió una forma calma y apacible respecto al celo. Definitivamente Nicolás ya estaba de a poco dejando ese olor irresistible que lo obligaba en cierta manera violarlo cada vez que podía —Y decía violarlo como algo exagerado porque el otro igual se dejaba cuando escuchaba la voz ronca y excitada del ruliento — Se estiró un poco sintiendo la caliente piel del moreno y pensó en los últimos acontecimientos que habían ocurrido, Nicolás ya estaba casi que se dormía nuevamente.