Capitulo 7: Bailando solo

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Capitulo 7:

«Bailando Solo»

Estaba sólo a algunos pasos de su hogar, con el corazón comprimido y algo angustiado. ¿De verdad tenía que sucederle todas esas cosas? ¿Por qué no simplemente midió las consecuencias de sus actos? Se sintió imbécil sabiendo que tenía veinticinco años y que todavía no aprendía de los errores del pasado. Miró hacia el lado y allí estaba el causante de todos sus problemas weones, que si no fuera también por la culpa de él, nada de esto habría pasado, se sintió cabro chico era demasiado soberbio decir eso.

Suspiró aún con la sensación comprimida y siguió caminando sin pensar en el barbón que tenía al lado, no era bueno partiendo porque las feromonas que lo tenían confundido y complicado en los días anteriores, habían desaparecido casi en su totalidad, sintiéndose repentinamente apático con lo que le rodeaba.

Y no era su culpa, sabía después de todo sólo era el instinto que le comía, pero no podía dejar de pensar en qué también algo le comía por dentro respecto a Jaime, no estaba seguro si era amor, cariño o cualquier otro sentimiento positivo, más que... las ganas de ahorcarlo. Pero estaba inseguro y de verdad que en esos momentos necesitaba al alfa para no sentirse tan solo.

Jaime tenía razón.

Cuando volvió a la noción actual, se dio cuenta que estaba mirando a través de las rejas de su casa. Oh, de verdad que no sabía que hacer más que salir huyendo como un cobarde. Sus piernas temblaban y no podía controlarse, los nervios le carcomían toda razón, sin embargo mientras luchaba con sus delirios internos, una mano cálida se posó sobre la suya e inmediatamente sintió el valor de entrar de una buena vez. Sentía la mirada penetrante del Alfa, casi como si con sólo esas pequeñas acciones y mirada estuviera transmitiéndole tranquilidad. Si bien, ya no podía sentir el olor dulzón que emanaba su acompañante, sólo el roce le basto para sentirse seguro.

Suspiró y con la mano tomada del más alto. Se propuso a tocar el timbre. Divisó como la familia entera salía apresurada de la casa dispuesta a abrirle inmediatamente. Es cierto, se encontraban preocupados, quizás demasiado porque él apagó su celular en todos esos días, jamás contestando alguna llamada. Su madre omega, rápida y astuta salió disparada hacia a él abrazándolo. 

—¡Cariño! ¡Me preocupé tanto! —Nicolás correspondió el abrazo soltando la mano que tenía entrelazada con Jaime. Se le notaba triste, con los ojos llorosos. Nicolás era mucho más alto que ella y podía rodearla con ambos brazos — ¿¡Dónde chucha estabas, Nicolás!? ¡¿Sabes cuánto nos preocupamos por ti?! ¡Oh gracias a dios! — 

—M-mamá estoy bien. —Atinó a decir. Mirando también a su hermana y su padre que estaba en la puerta quieto mirando la escena. Un nudo se asomó en su cuello, de puro nervios.—No me pasó nada... estoy bien.

—Así veo... —Susurró ella oliendo suavemente a Nicolás, notando como algo en su aroma había cambiado. —Creo que estás en muchos aprietos, Nicolás. 

—V-vieja ya no soy un pendejo, tengo veinticinco. —Se excusó aún nervioso, alejando un poco el abrazo que sostenía con su madre, e inmediatamente miró a Jaime, haciendo que toda la familia lo mirara también. —Familia... —hizo una pausa tomando aire y soltando para relajarse. — Él es... Jaime, u-un compañero de u y... Alfa.—

Con esas últimas palabras todos observaron más curiosos la escena, ¿Nicolás trayendo un alfa a la casa? ¿Qué estaba ocurriendo? La madre de Nicolás no evitó mostrar una pequeña sonrisa sincera, casi cómplice porque sabía de antemano que estaba ocurriendo ahí, quizás su marido tanto como su hija no comprendían a la perfección porque no tenían los sentidos tan desarrollados como ellos. —Bienvenido Jaime... —Saludó la madre de Nicolás y se dispuso a saludarlo como correspondía, siendo cuidadosamente educada. Sabía que habían pocos alfas en Santiago, y era muy raro que Nicolás pudiese encontrar uno. — 

Rebelión (Jaidefinichon GOTH) (Jaime/Nico)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora