issues ➳ yoonmin [+18]

🖇 ; 3.-

4 walls.

Advertencias de lenguaje inapropiado.

Una jaqueca insoportable envió señales de dolor a todo el cuerpo de Jimin. Su mente adormilada no esperaba realmente que el malestar se fuera; las resacas siempre eran así de fuertes para él. La manera en que sus músculos parecían tensarse en respuesta en el momento en que se removió incómodo sobre la cama, esperando que la molesta sensación pasara rápidamente fue casi hilarante.

Intentó encontrar una posición cómoda en el agradable colchón y soltó un suspiro lento al abrazar la almohada... Que no olía a él.

— ¿Qué demonios...?

Se enderezó inmediatamente y, tan rápido como se sentó, llevó las manos a su cabeza en señal de dolor. ¡Por un infierno!

— Veo que despertaste, muñeco. – una voz ligeramente desconocida invadió la habitación con tono arrogante y burlón. El dueño de aquella voz pareció recorrer la habitación a pasos cortos, ubicándose a un lado de la cama en la que yacía el rubio.– dormiste un montón.

— Dime qué hago aquí. – Ignoró cada palabra pronunciada por el que supone era el tipo de ayer, y luego abrió los ojos para cerciorarse.

Sí, era el tío de piel pálida que le había lanzado dinero hace unas horas. El imbécil demasiado guapo como para no prestarle atención por toda una noche.

— Ve con cuidado, cariño. — musitó apoyándose junto al de baja estatura y acariciando sus mejillas con el dorso de su mano.— anoche bebiste demasiado y te desmayaste. Yo sólo te traje aquí por respeto a Nam. — el murmuro casi sonó inocente si no hubiera sido por el rastro de sarcasmo en su voz.

— Tú no tienes un maldito respeto por nadie. No intentes hacerme el tonto, por favor. — el tacto del pelinegro adormecía sus sentidos y enviaba corrientes eléctricas por todo su cuerpo, evitando que él formara
cualquier pensamiento coherente.— No... No me toques.

El ambiente dentro de la habitación descendió dos tonos, envolviéndolos en un deseo sexual incalculable. Jimin, quien aún ni siquiera conocía el nombre de la persona que acariciaba su rostro, se encontró horrorizado por el simple hecho de desear a un desconocido.

"Es difícil encontrar a un tío guapo que te trate bien y se preocupe por ti", pensó.

Pero YoonGi estaba más allá de ser un tipo guapo y está bastante lejos de tratarlo bien. Porque Yoongi nunca había sido tratado así.

Yoongi no es el chico malo que se enamora y se preocupa por el bienestar de los demás.

A Yoongi le importa el sexo.
Sexo duro y pasional.

Y él sabía que con el rubio podía encontrar una pasión desbordante, con sólo mirar aquellos ojos llenos de ingenuidad y tristeza.

Sabía que, aún después de haberlo drogado, a nadie le importa una mierda.

Sabe que nadie vendrá a salvarlo de ser un juguete.

De ser su juguete.

Yoongi conocía el hecho de que Jimin está solo y que nunca ha encontrado amor en los brazos de un hombre o mujer. Él sabe que el pequeño es un maldito virgen, y joder, le encanta eso. Le encanta el rechazo que parece ocasionar su tacto en la piel adversa, y que aún así hace que sus piernas tiemblen. Adora imaginar aquel rostro distorsionado por el placer que le provocará, y adora aún más imaginarse dentro de él.

— No me pidas eso, muñeco. Porque planeo tocarte y follarte tantas veces que tu culo no sabrá reconocer una polla que no sea la mía.